Joven juez frena los “caprichitos” de AMLO

Juez
El juez Juan Pablo Gómez Fierro FOTO: WEB
*Honestidad es cumplimento de obligaciones
*Alentar autoritarismos es implantar dictadura

Carlos Jesús Rodríguez Rodríguez / AUNQUE PARA los fanáticos del Presidente Andrés Manuel López Obrador, el juez Juan Pablo Gómez Fierro es, seguramente, un demonio, un malnacido, traidor a la Patria y agréguele todos los epítetos que se le ocurran, para los ciudadanos que están hasta el tope de los berrinches presidenciales, de las ocurrencias, caprichos y verborrea cotidiana desde la cúpula, se ha convertido en un héroe, en el hombre que a pesar de la amenaza todopoderosa ha sabido enfrentar con pundonor, no al titular del Ejecutivo Federal sino al temor de ser echado del Poder Judicial Federal por hacer enojar al hombre de la verdad absoluta, por defender las enseñanzas de la ley que tanto trabajo le costaron para que venga un personaje voluntarioso que tardo tres lustros en graduarse a querer enderezarle la plana. Gómez Fierro, a pesar de la amenaza inicial del Presidente Andrés Manuel López Obrador que exigió al ministro Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que lo investigara, concedió, con todo y ello dos suspensiones definitivas a la reforma preferente a la Ley de la Industria Eléctrica impulsada por López Obrador y sus corifeos en el Congreso de la Unión que hacen, a ojos cerrados, lo que les ordena. Y eso ocurrió a pocas horas de que López Obrador envió al Consejo de la Judicatura Federal información en la que se hace constar que magistrados revirtieron un fallo tomado por el juez Gómez Fierro, quien otorgó amparos a privados sobre la reforma eléctrica, sobre un asunto similar. El presidente mostró parte del documento en el que se especificó que “los jueces de amparo no pueden ordenar directamente en sus sentencias la protección de los derechos de personas que no hayan acudido al juicio de amparo”, por lo que ante esa información, López Obrador sostuvo que el Consejo de la Judicatura Federal debe revisar la actuación del juzgador, quien siguió adelante contra su responsabilidad y de plano suspendió de manera definitiva la polémica ley.

PARA EL filósofo romano Marco Tulio Cicerón, la honradez se manifiesta con el cumplimiento de las obligaciones que se encuentran presentes en todas las actividades de la vida humana, en contraposición a lo útil, al placer y al sufrimiento (al contrario que en los epicúreos que es un movimiento que abarca la búsqueda de una vida feliz mediante la búsqueda inteligente de placeres, la ataraxia y las amistades entre sus correligionarios), y representa el fin mismo al que debe aspirar el ser humano para ser recto, algo que llevó a la práctica el juez Juan Pablo Gómez Fierro, muy a pesar del poder excesivo del Presidente López Obrador. Según Confucio, la honestidad es uno de los valores y componentes más importantes de una personalidad saludable con su entorno y con los demás. En su nivel más superficial, el Li, son todas aquellas acciones realizadas por una persona con objeto de elaborar la sociedad ideal y destinadas a cumplir sus deseos, ya sea a corto plazo (malo) o a largo plazo (bien). Admitir que se busca la gratificación inmediata, con todo, puede contribuir a transformar un acto malo en uno diferente, del mismo modo que ocultar las intenciones a largo plazo puede empeorar una buena acción. Un principio fundamental en esta teoría es la de que una buena persona debe mostrar sus sentimientos comunes como en su rostro, de forma que facilite la coordinación de todos en la consecución de mejoras a largo plazo. Esta sinceridad, que abarca incluso a la propia expresión facial, ayuda a lograr la honestidad con uno mismo, y a que las actividades humanas resulten más predecibles, amigables y placenteras. En esta primera versión, la honestidad se logra buscando únicamente el propio beneficio. En un nivel más profundo que el Li se encuentra el Yi, o la bondad. En este nivel no se persigue ya el propio interés, sino el principio moral de la justicia. El juez por lo tanto, no ha hecho polémica de sus logros, se ha concretado a aplicar la ley, negándose a conceder entrevistas fatuas. La ley por encima del culto personal, a diferencia de los funcionarios de la Cuarta Transformación que desean ser perfumados con incienso.

JUAN PABLO Gómez Fierro es el titular del Juzgado Segundo de Distrito en Materia Administrativa Especializado en Competencia Económica, Radiofusión y Telecomunicaciones. De acuerdo con su ficha curricular disponible en el Consejo de la Judicatura, es egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí donde se tituló en el 2005 con la tesis “La controversia constitucional como medio de control en el sistema jurídico mexicano”. Tiene 38 años de edad, e ingresó al Poder Judicial de la Federación el 1 de Junio de 2002, y ha desempeñado los cargos de Oficial Judicial, Actuario Judicial, Secretario de Juzgado, Secretario de Tribunal y Secretario de Estudio y Cuenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Desde el 2015 se desempeña como Juez de Distrito en el Consejo de la Judicatura Federal.

SU DECISION, basada en la ley, ha logrado réplicas ya que hasta el viernes por la noche se habían otorgado más de 30 amparos sobre las reformas hechas en el Congreso de la Unión a la Ley de la Industria Eléctrica, por las que se da prioridad a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en materia de energía, y ante los fallos en contra de las enmiendas impulsadas por Morena, el presidente amagó el miércoles pasado con impulsar una reforma constitucional en caso de que los cambios sean declarados inconstitucionales, algo que está en su derecho pero que denota a un mandatario caprichoso y dictatorial. Y es que voluntarioso, como suele ser, López Obrador deja en claro que si su ley se declara inconstitucional, va a proponer otro cambio a la constitución, similar a la de López Mateos. En Coatzacoalcos, durante su visita al Estado, tras la suspensión definitiva a la aplicación de la Ley de la Industria Eléctrica que otorgó un juez, el presidente afirmó, sin embargo, que el tema eléctrico deberá ser resuelto en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

PERO SEA cual fuere la decisión que asuma, ya sea que ordene a sus fanáticos legisladores destrozar de nuevo la Constitución, o que la SCJN decida corregir la plana al juez e, incluso, correrlo para agradar a AMLO, lo cierto es que las cosas ya no serán iguales, pues un joven Juez puso los puntos sobre las íes y dejando en claro que en México, contra el Estado de Derecho solo es posible la dictadura o la supeditación del poder Judicial al Ejecutivo, lo que es un mal presagio de cara a la elección que viene –cuando se renovará la mitad del Congreso de la Unión, otro de los poderes al servicio de AMLO-, y se busca un real equilibrio de fuerzas que termine con el autoritarismo a ultranza que tanto daño provoca a las naciones. Así de simple. OPINA [email protected]

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