Los hechos ocurridos últimamente en el estado, el uso de las instituciones para venganzas personales, la represión en contra de manifestantes, sin importar que sean adultos mayores, la omisión de un Ejecutivo ante la rapiña que se vive en cada dependencia estatal, el nepotismo rampante, las torpezas de un gobernador sin juicio.
Y se podrían enumerar más cosas que ya son del conocimiento de los veracruzanos, todo esto nulifica cualquier halago de un presidente que ha perdido credibilidad. López Obrador debería de estar preocupado, el estado que le dio más votos y más diputados federales, está a punto de cambiar de rostro gracias a ese “hombre honesto” que tanto apapacha.