Desde que Verónica Hernández Giadáns llegó a la Fiscalía del estado de Veracruz, la estrategia para ocultar los feminicidios fue recategorizar los asesinatos de mujeres, así ellos podían manejar la muerte de una mujer de manera violenta como un homicidio, evitando acumular feminicidios en las estadísticas que entregan al Secretario Ejecutivo de Seguridad Pública. Es por ello que, de acuerdo con las estadísticas del Observatorio Veracruzano de Violencia contra las Mujeres, a pesar de que en el mes de enero se registraron 15 asesinatos de mujeres, cinco fueron categorizados como feminicidios y 10 categorizados como homicidios de mujeres.
Con esto pretenden mostrar que en Veracruz el número de feminicidios ha bajado; pero lo que en realidad hacen es ocultar la realidad. Es por ello que resulta ofensivo que, como una manera de conmemorar el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, el gobierno de Cuitláhuac García, ponga en Palacio las fotos de mujeres que ocupan cargos de autoridad, como si eso bastara para dignificar a las mujeres en el estado.
Pero nada dicen de los feminicidios, nada dicen de las promesas que no cumplieron a las madres de los desaparecidos, nada dicen del acoso sexual en contra de las mujeres en las dependencias estatales; nada dicen de un secretario de Gobierno que armó su propio “harem” de féminas a su disposición.
También los desaparecidos y las balas perdidas de los poli que van a parar en civiles que por desgracia les tocó estar en el lugar equivocado