Le mientan la madre al presidente. ¿Qué hay atrás de una mentada de madre? A lo mejor los hijos de la chingada somos nosotros

Mentada
Le mientan la madre al presidente López Obrador en un vuelo comercial FOTO: WEB

Señala el poeta Octavio Paz que las llamadas malas palabras tienen un poder mágico, son expresiones que nadie dice en público, «solamente un exceso de cólera, una emoción o el entusiasmo delirante, justifican su expresión franca». ¿Qué fue lo que impulsó a los pasajeros de un vuelo, a mentarle la madre al presidente López Obrador? Sigue diciendo Octavio Paz que, al soltar las malas palabras, como una mentada de madre, «rompemos un velo de pudor, de silencio o de hipocresía. Nos manifestamos tales como somos de verdad. Las malas palabras hierven en nuestro interior, como hierven nuestros sentimientos». Las malas palabras en algunos casos laceran, lastiman, ofenden.

Por ello, en la película La Generala de Juan Ibáñez, los rebeldes llegan con María Félix y le dicen que se les había acabado el parque (las balas). Entonces la generala les dice: «Pues échenles mentadas, qué también les duelen». Sobre mandar a alguien a chingar a su madre, Octavio Paz, en El laberinto de la soledad, dice que la chingada es la madre, pero no cualquier madre: «La Chingada es la madre que ha sufrido, es decir, la mujer a la que han chingado».

En los tiempos de la conquista, aquellos hijos que habían nacido como resultado de una violación por parte de los españoles a las indígenas, eran los hijos de la chingada. Analógicamente, mentarle la madre a López Obrador es un sinsentido, sobre todo porque, con su forma de gobierno, quien nos está chingando es él. En todo caso, con esta Cuarta Transformación, los hijos de la chingada somos nosotros.

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