Se advierte, en las farragosas cartas de Dante Delgado a Andrés Manuel López Obrador, una gran necesidad del exgobernador de Veracruz, por sentarse en la misma mesa histórica con Andrés Manel López Obrador. Vaya analogía contradictoria, Dante se siente el Virgilio de López Obrador, el pitoniso que lo condujo por el purgatorio de la elección del 2006, por el infierno del 2012, para que por fin llegara al paraíso del 2018. Ahora el exgobernador, después de varios reproches al presidente de México, le dice que consiguió la oposición que quería y que necesitaba.
Para Dante Delgado la coalición Va por México «es una oposición construida por los partidos que la gente alejó del poder. Una oposición por la que los mexicanos conscientes no van a votar. Una oposición con la que pretendes seguir siendo amo y señor del Congreso».
Pobre Dante y sus debrayes. ¿Si la alianza entre el PRI-PAN-PRD no tiene oportunidad ante Morena, el partido del presidente, entonces dónde deja a Movimiento Ciudadano? Al final de la quinta epístola de Dante al presidente de la República, el nativo de Córdoba concluye: «Nuestra lucha no es contra ti, es contra o que has decidido representar, para que no instaures una presidencia imperial».
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