Lydia Cacho agarró parejo, ahora es demandada por una expolicía; la incluyó en la denuncia y le causó daño moral y perdida de trabajo

Lydia
Lydia Cacho FOTO: WEB

Lo que le hicieron a Lydia Cacho, tortura psicológica, es algo que se debe castigar. No se puede permitir que una activista sea perseguida por denunciar redes de prostitución o trata de personas. Las pruebas en contra de Succar Kuri, Kamel Nacif y Mario Marín son contundentes. Los tribunales ya han sentenciado Kuri, está en proceso el caso contra Mario Marín y se sigue buscando a Kamel Nacif. Pero hay otro tipo de excesos que tampoco se deben permitir.

En su denuncia por tortura la activista Lydia Cacho agarró parejo, denuncio hasta a la que le abrió la puerta de la celda; policías y trabajadores de la justicia que no estaban enterados de la venganza de Mario Marín y que sólo hacían su trabajo en la prisión. Tal es el caso de Verónica Chávez Cruz, excomandante de la Policía Judicial de Puebla. Verónica Chávez demandó por daño moral a Lydia Cacho, quien la incluyó en su denuncia por tortura.

Esto obligó a la excomandante a perder su trabajo y andar escondida hasta que consiguió un amparo en contra de la orden de aprehensión. Quien no corrió con la misma suerte fue la perito Irene Arteaga, quien también fue demandada, estuvo encarcelada por seis meses hasta que fue exonerada de los cargos. La simpatía por la causa de Lydia Cacho genera muchas simpatías, pero se deben relatar sus excesos para conocer la historia completa.

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