Algo que pareciera ser de rutina para un padre de una iglesia acabó en tragedia, pues un sacerdote en Rumania, por accidente, ahogó a un bebé cuando lo estaba bautizando. Según varios medios internacionales, la ceremonia del bautizo se llevó a cabo de manera normal, pero el problema empezó cuando el sacerdote ortodoxo de la iglesia de Suceava tomó al bebé y, según los testigos, lo hundiera tres veces en el agua.
Aunque la criatura lloró las veces que lo sumergía en el “agua bendita”, el padre sólo lo ignoraba y siguió con la ceremonia. Tristemente y durante el evento, el bebé sufrió de un paro cardiaco. Tras esto, el pequeño fue llevado de emergencia a un hospital donde los médicos le expresaron a los padres que su hijo había tragado mucha “agua bendita” y sus pulmones estaban llenos de eso.
Tras esto, la iglesia Suceava se defendió de aquellos que se quejaron del bautizo y argumentaron que pese a lo que pasó, ellos no cambiaran su forma de trabajo en el tema de los bautizos. Por otra parte, la policía de Rumania ya está investigando al padre que “ahogó” al pequeño.
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