Para que una vacuna sea cien por ciento efectiva debe pasar por muchas pruebas, pues llegar a la perfección no es algo fácil, ni tampoco algo que se consigue de la noche a la mañana. A pesar de ser aprobadas por un régimen sanitario, las vacunas tienden a tener efectos secundarios, pero eso no significa que sean peligrosas para toda la población. En Noruega, por ejemplo, un suceso ha conmocionado a las autoridades de ese país nórdico, pues extrañamente murieron 23 pacientes que recibieron la vacuna contra el coronavirus de Pfizer-BioNTech.
A través de un comunicado, la Agencia Noruega de Medicamentos dijo que los “informes sugieren que las reacciones adversas comunes a las vacunas de ARNm, como fiebre y náuseas, pueden haber contribuido a un desenlace fatal en algunos pacientes frágiles”.
Por otra parte, la Agencia Noruega de Medicamentos (NOMA) aseguró que, aunque la vacuna sea un tanto diferente para pacientes con alergias, no hay alguna certeza que las personas que recibieron la cepa de la farmacéutica Pfizer hayan muerto por la misma. Recordemos que, en esta pandemia, la mejor forma para que la vida vuelva a la normalidad, es la vacuna contra el Covid; pero ya vemos que esto implica ciertos riesgos.
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