Ni cuenta se dio el presidente López Obrador de lo que estaba diciendo. Acostumbrado a descalificar medios, periodistas, empresarios u otros actores políticos, el presidente dijo sobre la Administración de Control de Drogas (DEA por sus siglas en inglés), “no se pueden inventar delitos”. El presidente con esta frase está diciendo que la DEA inventó los delitos de lavado de dinero y narcotráfico al general Salvador Cienfuegos. La DEA reclamó que se entregara al general Cienfuegos al gobierno mexicano, pues ya sabía lo que se esperaba.
Pero que el propio presidente diga que la DEA sólo inventó cargos, pruebas, investigaciones, es decir, inventar delitos, eso sí calienta. Es por ello que el departamento de Justicia de los Estados Unidos ya le contestó al gobierno mexicano: “Estados Unidos se reserva el derecho de reiniciar su enjuiciamiento de Cienfuegos si el gobierno de México no lo hace”.
Por supuesto, las advertencias de Estados Unidos se deben tomar con seriedad, sobre todo porque ya no estará Donald Trump para apoyar a su “amigo” López Obrador, ahora estará Biden, quien por cierto ha sufrido bastantes desaires por parte de nuestro presidente.
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