Zen el consentido, le habla quedito al oído al Gobernador veracruzano; y este responde de inmediato

Consentido
Zenyazen Escobar García FOTO: WEB
- en Opinión

Luis Ortiz Ramírez / El Huey Tlatoani, era el dignatario azteca en el cual se concentraban todas las facultades políticas, religiosas, militares, comerciales y sociales del imperio azteca. El Tlatoque era una especie de gobernador, este a su vez contaba con Chalanes que le ayudaban en sus labores de gobierno.

En Veracruz, existe una camada de chalanes que le ayudan a gobernar a Cuitláhuac García. Son las  vacas sagradas, la elite dorada, los “consent” de la Cuarta Transformación Jarocha, no son funcionarios comunes, son los compas  favoritos del emperador petatero de la  localidad.

La lista comienza con el señor de las montañas, Zenyazen Escobar, un personaje  que con sus protestas magisteriales y con sus contoneos cachondos, consiguió la admiración de Cuitláhuac García. El oriundo de Rio Blanco y descendiente de chalchicomulas, con sus poderes carismáticos logro vencer las tormentas de su pasado lubrico y  logró que su protector  le encomendara  la educación de todos los veracruzanos. Él es inmovible en el gobierno veracruzano.

Su voz de pitido, débil y timorata,  es como el trueno que ordena en los oídos del gobernador. Ahora mismo está solicitando una diputación plurinominal para su media naranja, la misma que en el pasado de pobreza le demandara pensión alimenticia por desobligado. Los tiempos de la camioneta de medio cachete han quedado atrás gracias a las bondades  del amigo que despacha en el palacio de  Enríquez.

En segundo lugar, aparece  un personaje regordete,  encargado de la salud de los veracruzanos, nos referimos a Roberto Ramos Alor, su único mérito es ser cuatacho de Roció Nahle. Ramos Alor, se sacó la lotería sin comprar boleto. Su situación sentimental y económica dio un giro a su favor  al grado  que pudo colocar al novio en buen puesto,  por supuesto con buen sueldo, lo mismo hizo con toda su parentela, ¡total!, si no es hoy, cuando.

Por otro lado aparece, un imberbe funcionario que apenas va saliendo del cascaron, no conoce nada de la encomienda que le dio su migis, su valedor. Nos referimos al chamaco que despacha en comunicación social del gobierno veracruzano. Cuitláhuac García la puso en manos de  Iván Joseph Luna Landa, su chamaco de oro, el mismo que se la jugó con él  cuando se tenía que  disfrazar del payaso Cuicaras.

Esos tres funcionarios se disputan la aprobación y los quereres  del hijo del profe Atanasio. Claro que desde ahorita podemos decir que el que está en la venia del señor, es el Grandote de Rio Blanco. Y si no cree usted, espérese para ver en donde ponen a la media naranja del rey del baile cachondo.

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