La pandemia por coronavirus será una plaga que dejará infinidad de historias verdaderamente tristes, aterradoras y conmovedoras. Entre todas estas historias está la de un profesor que ocupa un lugar especial, pues ni el estar internado en un hospital o padecer una enfermedad en el corazón lo detuvo para cumplir su labor profesional de enseñanza. El admirable maestro, al saber que se encontraba gravemente enfermo, se internó, pero tenía en mente que debía de calificar exámenes. A pesar de estar mal de su salud decidió dar calificaciones a los cuestionarios de sus alumnos.
En su camilla de enfermo lo primero que agarró fue su computadora y cargador, para no descuidar a sus alumnos. En los últimos días el maestro Navarro, se la pasó calificando trabajos y exámenes, mostrando su dedicación y compromiso inigualable, dejando claro que, si en ocasiones a los maestros se les ve como villanos, hay otras en la que son verdaderos héroes sin capa.
Desgraciadamente Alejandro, el profesor inigualable, perdió la batalla en ese hospital, acostado en esa camilla, frente a su computadora calificando exámenes con una gran sonrisa. Un ejemplo de cómo enfrentar las adversidades, con valentía y compromiso.
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