Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, está fuera de control. En primer lugar, criticó el aislamiento social, señalando que de todos modos, con aislamiento o sin aislamiento, el coronavirus le va a dar a todo mundo. Él presume que ya le dio coronavirus y que por ello es inmune, por eso se niega a ponerse la vacuna. Pero también, de una manera irresponsable, inventa razones para que los brasileños no se pongan la vacuna de Pfizer:
“Algunos dicen que estoy dando un pésimo ejemplo. ¡Idiota, yo ya tuve el virus! Yo ya tengo anticuerpos, ¿para qué vacunarme otra vez?, y otra cosa que quede bien clara: Pfizer lo deja bien claro en el contrato; ‘Nosotros no nos responsabilizamos por cualquier efecto colateral, si te conviertes en un caimán es tu problema, joder (…) si te conviertes en superhombre, si a una mujer le sale barba o algún hombre empieza a hablar fino, no tengo nada que ver con eso’. O lo que es peor, van a intervenir en el sistema inmunológico de las personas… ¿Dónde está nuestra libertad?”.
Pobres brasileños, con un presidente así los contagios y las muertes seguirán aumentando. Pobres de los mexicanos también, porque con un presidente como el nuestro, la pandemia no se ha domado ni se domará.
Comentarios