Ahora que López Obrador ha reconocido a Joe Biden como presidente electo de los Estados Unidos, designa a Esteban Moctezuma como embajador de México en esa nación. ¿Qué significado guarda este movimiento? Si hubo roces entre el equipo de Joe Biden con el servicio exterior de México en los Estados Unidos, no fue debido a una mala gestión de Martha Bárcena, quien tiene una carrera impecable con el servicio exterior mexicano. El problema, usted lo sabe, fue la cofradía entre López Obrador y Donald Trump; el primero ofreciéndose como “muro” del segundo, bloqueando a los migrantes centroamericanos y presentándose para apoyar la campaña de Trump.
Trump por su parte jugó con las reglas escritas en su propio libro, vio al contrincante débil y no dejó de azuzarlo con amagos de aranceles, y otras artimañas. El caso es que por quedar bien con el que se iba, López Obrador quedó mal con el que llega. Y luego esa carta infame, ni fría ni caliente, tibia, digna de ser vomitada como señalan las escrituras.
Ante semejante metida de pata, el presidente ha optado por poner como embajador de México en Estados Unidos a Esteban Moctezuma, un funcionario de más alto perfil, de los pocos que han realizado un trabajo importante en el encargo que se le encomendó, la Educación. Difícil labor la de Esteban Moctezuma, quien tendrá que enderezar una nave que su jefe estuvo a punto de hundir, las relaciones de México con el nuevo gobierno de los Estados Unidos.
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