La primera epístola del apóstol López Obrador a los Corintios chairos. Guía ética, sobre el amor y perdón

López Obrador
La primera epístola de López Obrador a los Corintios chairos. Guía ética, sobre el amor y perdón FOTO: WEB
- en Avenida Principal, Carrusel

De López Obrador, llamado para ser apóstol de los chairos por la voluntad de Dios y de nuestro hermano Pío a la congregación chaira que está en Corinto, a ustedes, los que han sido santificados en unión con la Cuarta Transformación, llamados para ser santos, junto con los que en todo lugar están invocando el nombre de nuestro Señor. Que tengan bondad inmerecida y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo”. Así debería empezar la primera epístola del presidente Andrés Manuel López Obrador a su congregación chaira, regada en todo el país, dispuesta a inmolarse si el apóstol se los pide.

Pero no, la propuesta del presidente es una guía ética que propone 20 puntos a los cuáles todos sus seguidores deberían apegarse. 20 puntos que indiscutiblemente están bien y son dignos de seguir. Sin embargo, hay algunos puntos que, a estas alturas, dos años del gobierno, son incompatibles con las acciones y actitudes que los seguidores de la Cuarta Transformación han llevado a cabo. ¿Cómo puede hablar de amor y perdón un presidente lleno de rencor, que confiesa sus diferencias y califica con adjetivos inapropiados a quienes considera sus adversarios? ¿Dónde está el presidente de la República Amorosa cuando llama a los medios de comunicación prensa fifí, conservadores, chayoteros, maiceados, hampa del periodismo? ¿Es una expresión amorosa llamar a un medio que lo contradice “pasquín inmundo”? ¿Dónde está el amor cuando decide sacrificar a los pobres inundando sus poblaciones?

El perdón del presidente es sometimiento. Emilio Lozoya, por ejemplo, el emblema del perdón de la 4T, goza de ese privilegio a cambio de la traición; su “criterio de oportunidad” no es perdón, es complicidad. Si no tuviéramos pruebas de su incongruencia, le compraríamos a López Obrador su falso discurso.

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