¿A qué vienen los 400 Pueblos? Su hijo toma el trono desnudo del padre. Los veracruzanos ya saben que son delincuentes, nadie los apoya

Pueblos
Los integrantes de Los 400 Pueblos se plantaron en la Fiscalía General del Estado (FGE) de Veracruz para exigir conocer avances de las investigaciones interpuestas contra el exgobernador Miguel Ángel Yunes Linares y el exfiscal Jorge Winckler Ortiz FOTO: FRANCISCO DE LUNA
- en Avenida Principal, Carrusel

Murió César del Ángel, el líder de los 400 Pueblos y el hijo toma el trono de cuero, el trono desnudo de un delincuente que hasta el último día d su vida respiró vileza. César del Ángel fue un delincuente con fuero en los gobiernos de Fidel Herrera y de Javier Duarte; hizo lo que se le pegó la gana y recibió millones por montar su espectáculo denigrante. Los 400 Pueblos fueron instrumento de venganza, de presión.

Se alquilaban para dañar reputaciones, para dañar la moral de la gente. Pagaban a niñas y niños para que se desnudaran y mostraran su miseria; explotaban a ancianos, a quienes les robaban la dignidad. Ahora, después de una confortable ausencia, regresan a Xalapa. ¿A qué? Piden cárcel para Yunes Linares y justicia para César del Ángel.

En los reclamos que hacen se puede advertir quién los alquiló, quien les paga; porque ellos no se mueven a menos que les paguen. Sabemos que la misma esencia que hay en los 400 Pueblos es la que domina las oficinas de la Secretaría de Gobierno. Póngale usted un taparrabos a Éric Cisneros y de inmediato se mimetizará con los 400 Pueblos. ¿Quién los patrocina? Alguien igual a ellos.

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