Los ojos de México están sobre los resultados finales de las elecciones presidenciales de los Estados Unidos. Es bien sabido que el presidente Andrés Manuel López Obrador le apuesta al adagio que dice «más vale malo por conocido que bueno por conocer». Si bien es cierto que no se llevan como grandes cuates, pero al menos guardan las formas y cordialidad política. Los guiños entre Trump y López Obrador se hicieron más evidentes cuando el mandatario mexicano hizo una vista a los Estados Unidos, muchos analistas vieron esa visita como una forma de decir a los residentes de habla hispana: «Yo estoy con Donald Trump».
Por otro lado, otros piensan que al presidente López Obrador ya le tiene tomada la medida el mandatario norteamericano, al menos en lo que tiene que ver con las medidas migratorias, que por cierto el gobierno mexicano ha endurecido en las últimas semanas.
Lo cierto que es que el resultado final, sea cual sea, no beneficiará en mucho a México, dicho de otra manera, el país azteca seguirá siendo el patio trasero de la poderosa nación norteamericana. Así, que de cualquier modo, México seguirá supeditado a la ley del más fuerte, no hay de otra, así lo ha marcado la historia, claro que, a menos que nuestros gobernantes se quieran aventar un tiro contra los Estados Unidos.
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