Veracruz, el estado es un desmadre; la bendición de López Obrador resultó una maldición; Cisneros y Cazarín tienen secuestrado al gobernador

Veracruz

No hace nada Cuitláhuac García. No pone un alto a las arbitrariedades que cometen sus funcionarios públicos; no pone orden en su oficina ni en las oficinas de sus subalternos. Éric Cisneros Burgos y Juan Javier Gómez Cazarín ya lo agarraron de su puerquito, le vieron la cara de tonto y él se la deja ver. Este par de maleantes se la pasa haciendo de Veracruz un verdadero desmadre. No lo digo yo, lo acusa la realidad. Los tres poderes del estado son un verdadero desastre.

En el Poder Legislativo los medios fantasma que reciben convenios millonarios, los familiares en nómina, muchos diputados bien maiceados para que guarden silencio. En el Poder Ejecutivo cada secretario de gabinete roba a manos llenas y nadie los detiene, también colocan a sus familiares en la nómina pasándose por el arco del triunfo la ley contra el nepotismo. El gobernador está ausente, su tara no lo deja actuar, su complejo de inferioridad lo obligan a esconder la cara. El Poder Judicial no está mejor.

La imposición de Sofía Martínez Huerta no les resultó porque la señora se les salió del huacal; les estorbaba y mediante una maniobra asquerosa y vil la destituyeron. Todo en Veracruz apesta, todo huele a nepotismo, corrupción, saqueo, imposición, ilegalidad, crimen organizado. ¿Qué acto vergonzoso le saben al gobernador que lo tienen secuestrado? ¿Este es el gobierno del cambio que prometieron? No tienen ni tantita madre señores.

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