No habrá más “juanitos” en Veracruz

Gobernar
Cuitláhuac García Jiménez y Andrés Manuel López Obrador FOTO: WEB
- en Opinión

Edgar Hernández* / 

¡El efecto Peje llegó a su fin!

Aun cuando la derrota de Morena en Hidalgo y Coahuila no es muestra representativa, el ánimo ciudadano se levantó en todo el país.

Por todos los rincones de la república se transita del estupor a la fiesta; de la lealtad condicionada de los mil 700 que mensualmente regala el Peje, al “voto de castigo”.

Hoy en Palacio se teme un efecto dominó para las elecciones intermedias del año próximo.

Y es que ahora resulta que el PRI, ni estaba muerto ni andaba de parranda. En las dos plazas arriba citadas enfocó sus esfuerzos con una singular campaña de “Ni un voto más para Morena”… y ¿qué creen?, ¡pues ni un voto más se entregó a los morenos!

A vistas, hoy toca el turno al PRI, al PAN, al PRD, a Movimiento Ciudadano y al resto de los partidos vituperados, despreciados, recortados en su presupuesto y amenazados con cárcel.

En Veracruz, por citar la tercera plaza electoral de Morena con dos millones de votos presuntamente en la bolsa, hay temor de que el respaldo se escape como agua entre las manos al quedar claro que luego de las 13 visitas presidenciales, López Obrador ya no representa nada y que el “Efecto Peje” llegó a su fin.

Con él, su “Juanito” Cuitláhuac García Jiménez, quien pensó que no solo que iba a durar todo el sexenio, sino que iba a transitar en la impunidad en medio de sus transas y señalado nepotismo sin imaginar que un solo dato electoral aislado, el de Coahuila e Hidalgo, iba a permear tan profundamente en el ánimo colectivo.

Hoy la ciudadanía está convencida que el “voto de castigo” es la mejor cura contra quienes traicionaron la confianza del pueblo, mientras con la cabeza bajo la tierra los morenos buscan escapar de la realidad, esa realidad que habrá de hacerse manifiesta cuando se registre el regreso de la democracia el año próximo y se demuestre que la algarada electoral de ese 2018 fue solo eso, una algarada.

Hace unos días escribíamos en este espacio que luego de ponerse al descubierto las transas del Congreso del estado que encabeza un mañoso iletrado Juan Javier Gómez Cazarín, regresaba al presente la escalada de familiares y recomendados de Cuitláhuac García, incrustados con jugosísimos salarios, en las nóminas de Palacio.

Que regresaba al imaginario colectivo la cascada de censuras por la imposición de su primo hermano, Eleazar Guerrero, como subsecretario de Finanzas, donde se manejan 129 mil millones de pesos.

Que regresaba a la memoria toda esa escalada de sub ejercicios presupuestales como una forma de apoyar financieramente al Peje; los nuevos empréstitos para salvar salarios y aguinaldos; los legendarios moches; la impericia en el manejo de la Pandemia, y el desborde del crimen organizado.

Y que regresaban a la memoria las rapacerías en el Poder Judicial encabezadas por la magistrada presidenta del Tribunal Superior de Justicia y Consejo de la Judicatura, Sofía Martínez Huerta, quien entregó el poder a su pareja sentimental, a su hija y al novio de la hija.

Por fortuna hoy, tras el aislado acontecimiento electoral en Hidalgo y Coahuila, se empieza a ver la luz al final del túnel.

Hoy el despertar de la sociedad civil es un hecho y queda claro que Morena no llegó para quedarse.

Tiempo al tiempo.

 

*Premio Nacional de Periodismo

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