La Conquista y el Penacho de Moctezuma (Segunda parte)

Conquista
La Conquista y el Penacho de Moctezuma FOTO: WEB
- en Opinión

Jorge Flores Martínez / Al regreso a la isla de Cuba de la segunda expedición, el gobernador Diego Velázquez quedó apantallado de los informes que recibía de las tierras descubiertas, tanto, que decidió mandar en friega las noticias al rey Carlos I y le echó un grito a un amigo que tenía en la isla para amarrar la siguiente expedición. Es así que entra en escena Hernán Cortés.

Se pusieron manos a la obra, armaron una serie de documentos para legalizar la conquista, perdón, expedición de los nuevos territorios. En estos aún aparecía el hijo de Cristóbal Colón como el encargado ante el rey, pero la prisa era mucha, ya desde otras islas del Caribe tenían también noticias de la existencia de estos riquísimos territorios y dejaron estos detallitos para después, no les fueran a ganar el mandado.

Para que evitemos malos entendidos y exigencias de disculpas 500 años después, las expediciones se organizaban con capital privado, eran los organizadores las que ponían el billete para comprar las embarcaciones y todo lo necesario. El periodo neoliberal es un poco más largo de lo que unos suponen.

Les alcanzó para once embarcaciones y los que pusieron más billete los nombraron capitanes. Velázquez no decidía a quien poner a cargo de la expedición, conocía a todos y sabía como eran de buena onda, por lo que Hernán Cortés se asumió como el capitán general y se dispuso zarpar del puerto de Santiago el 18 de noviembre de 1518 en absoluta y total insubordinación, total, Cortés era el que más billete le había puesto al negocio de la conquista, perdón, expedición.

Así fue que salieron de la isla de Cuba, antes Fernandina, un poco más de quinientos españoles, unos 20 caballos, doscientos esclavos entre nativos de la isla y negros y todos los tiliches necesarios. Es justo decir que Velázquez intentó detener la expedición en varias ocasiones, pero Cortés se hacía el desentendido, él iba a México le pesara a quien le pesara.

Como toda buena embarcación con clase y categoría que se respete, la primera escala de la aventura por el Caribe la realizaron en Cozumel. Cortés, nada menso, se llevó a la jamaiquina que encontraron en la segunda expedición y que le podía servir de interprete para buscar a unos españoles náufragos hace varios años. Se entrevistaron con el jefe maya de la isla, y este en buen plan aceptó las condiciones que le pedía Cortés y le dijo que abandonarían sus cultos milenarios y adorarían una cruz de madera y la imagen de una Virgen. Tengo la ligera sospecha que nada más le daban el avión a Cortés para que se fueran lo más rápido posible de Cozumel, no sin antes pedirle que les dejara una cartita para que futuras expediciones no los fueran a molestar por eso de andar sacrificando gente.

Pocos días después por fin se presentó uno de los náufragos, Jerónimo de Aguilar, su aspecto era el de un maya cualquiera, tenía hasta acento yucateco y era bueno recitando bombas. Se unió a los aventureros y fue el traductor maya-castellano. Del otro náufrago, el mismo Jerónimo dio noticias: Se había hallado bien entre los mayas y ni de menso se regresaba con los españoles. Con sus nuevos amigos mayas era un respetado capitán, estaba casado y con tres bellos hijos, es más, les mandaba a decir que si regresaban, él mismo los sacaría a patadas de las tierras del faisán y el venado.

Como aún no estaba Cancún en esos años, decidieron continuar con su viaje rumbo a la gran Tenochtitlán. Una de las escalas fue Tabasco, ya les faltaba agua y provisiones, por lo que se pusieron en contacto con unos mayas chontales que veían en la costa. Estos Chontales aceptaron darles unas pocas provisiones y el agua que quisieran, pero con la condición que lo hicieran de rapidito, ya que tenían unas ceremonias que hacer y no les gustaban los chismosos, a lo que Cortés se dijo así mismo: estos me están ocultando algo, y decidió desembarcar y tomarse todo su tiempo. Claro, los chontales ya los estaban esperando y no precisamente con los brazos abiertos. Fue la primera batalla importante que tuvieron los españoles en estas tierras siempre hospitalarias con los visitantes.

Los conquistadores lograron en Centla su primera victoria, lo extraño del caso es que fueron los caballos de los españoles los que la obtuvieron, los mayas no sabían que cosa eran, y eso que creían en serpientes emplumadas que volaban, pero los simples cuacos les parecía mucho abusar de la imaginación.

El primer botín obtenido por los españoles fueron veinte esclavas, entre las que se encontraba Mallintzin, que dominaba el maya y el náhuatl. De esta forma Cortés contó con los interpretes necesarios para echar verbo con el Huey Tlatoani: Mallitzin del Náhuatl al maya y Jerónimo de Aguilar le traducía del maya al español.

Cortés y sus amigos continuaron su viaje rumbo a Veracruz, llegaron el 21 de abril a Chalchicueyan, y ya los esperaba una comitiva de bienvenida, quienes por orden del gran Tlatoani Moctezuma Xocoyotzin, preguntaron por el mero mero de esas casas flotantes. Es importante decir que el Tlatoani estaba convencido que esos hombres blancos y barbados no eran otra cosa que el regreso de Quetzalcoatl, por lo que le mandó a Cortés muchos regalos y el mensaje que no fuera malito y regresara en otra ocasión, le era imposible recibirlo en este momento. Cortés se quedó con los regalos y les dijo que él iba, quisiera o no el gran Tlatoani.

Cortés organizó la primera carrera de caballos en estas benditas tierras y echaron disparos de pura felicidad de encontrarse entre jarochos fiesteros y pachangueros, por lo que los mensajeros regresaron con Moctezuma y le dijeron que probablemente no se tratara de Quetzalcoatl, más bien parecía que se trataba que Tezcaltilpoca, por eso de que nomás decía palabrotas y le reencantaban las indias.

Cortés y sus amigos al ver los regalos del gran Tlatoani, lejos de irse, cayeron en cuenta que estaban ante un imperio lleno de oro y muchas riquezas, por lo que decidieron quedarse y fundar Veracruz.

La siguiente semana le seguimos con esta historia, veremos cómo Cortés se dio cuenta que los habitantes de estas hermosas tierras guardaban mucho resentimiento con los mexicas y estaban dispuestos a echarles la mano en eso de la conquista.

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