Qué cuidadoso el presidente cuando habla del narcotraficante más sanguinario que ha existido en este país; el narcotraficante que más daño a hecho a la juventud de México y de los Estados Unidos. Cuidadoso el presidente al referirse al padre de Ovidio Guzmán, ese muchacho que tuvo que dejar libre ante el amago de iniciar una guerra en Culiacán, Sinaloa.
El presidente, en su conferencia mañanera dijo: «Se llegó a decir que El Chapo estaba entre, no me gusta decirle así; Guzmán Loera, ofrezco disculpa, estaba entre los hombres más ricos del mundo». Vale mencionar que este mismo presidente, tan propio al hablar y tan respetuoso, un día dijo de uno de los periódicos más leídos del país, que era un “pasquín inmundo”.
Pero Reforma no ha sido el único que ha recibido insultos del presidente López Obrador. A unos llama fifís, a otros conservadores, juaristas renegados, articulistas de la mafia del poder, ponzoñosos, encarnación de la corrupción y otros adjetivos. Pero eso sí, cuando se refiere al Chapo Guzmán, a ese lo llama don Joaquín Guzmán Loera.
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