López Obrador será recordado como el “chingaquedito” de la prensa nacional. Por un lado, trata de tranquilizar al periodista Carlos Loret de Mola, diciendo que no debe preocuparse por la denuncia de su hermano Pío López Obrador, quien pidió 12 años de cárcel para el periodista, quien reveló los videos donde Pío recibe dinero para las campañas políticas de su hermano. Pero por otro lado, fustiga al periodista asegurando que Carlos Loret de Mola «llevó a cabo el montaje que le ordenó García Luna, menos ahora, nosotros no somos iguales».
Que un presidente de la República asegure eso es porque tiene pruebas de lo que acusa. Pero no tiene pruebas, porque López Obrador sólo es un “chingaquedito”. «No estoy de acuerdo, no debe pedirse un castigo así para nadie y más si es mi hermano, porque eso lo utilizan mis adversarios en contra de mi persona y el gobierno que represento», eso es lo que le preocupa al presidente, que las acciones de su hermano sean utilizadas para atacarlo, pero no le preocupa que su hermano haya recibido dinero para su campaña política.
Si el presidente tiene pruebas que demuestren que el periodista se prestó para los montajes ordenados por García Luna, que presente una demanda, y si no las tiene, que pida una disculpa y se quede callado.
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