Ahora el INE tendrá que solucionar el desmadre en Morena que él mismo ocasionó

Morena
Lorenzo Córdova FOTO: WEB

Si alguien se preguntaba cuál era la diferencia entre un partido y un Movimiento político, sólo tiene que echar un vistazo a Morena. El desgarriate carnavalesco en que convirtió la elección de su dirigente deja muy claro que no existe una estructura formal ni una verdadera plataforma sólida de principios y valores que le den firmeza al llamado Movimiento de Regeneración Nacional. El principal error de Morena fue que descansó toda su estructura en la popularidad de una sola persona.

Si el propio López Obrador, desde hace más de un año, de manera velada y por debajo de la mesa hubiera amarrado a su favorito, como en su tiempo lo hacía el PRI, la situación de caos que existe hoy en Morena no existiría. Claro que el mensaje que se estaría mandando sería que el dedazo no habría sido erradicado.

Y es que en Morena no sólo hay una feria de egos, eso es lo de menos, lo que prevalecen son personajes con arraigo como Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal, Claudia Sheinbaum, Tatiana Clouthier entre otros. No obstante, ninguno de ellos le hace sombra al tlatoani de la 4T.

Hoy el INE se encuentra en una encrucijada que él mismo propició. Hoy el INE debe decidir si abre el paso a la democracia en Morena reconociendo la victoria del histórico Muñoz Ledo o se supedita rey y amo de las mañaneras, dándole la victoria a un vapuleado Mario Delgado.

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