Al principio muchos militantes de Morena creyeron que Yeidckol Polevnsky, presidenta del partido que llevó al poder a López Obrador, iba a quedarse en la dirigencia mientras AMLO fuera presidente. Pero la señora sacó las uñas demasiado pronto y dados los conflictos del partido en el poder, hasta el mismo presidente amagó con salirse de Morena si no ponían orden. Supuestamente el orden llegó cuando destituyeron a Polevnsky, quien fue acusada de haberse enriquecido con contratos de arrendamiento amañados y con la participación de su familia en otros contratos.
Fue la feria de los millones en los que Polevnsky aprovechó el tiempo que estuvo como dirigente. Ahora viene a Veracruz y dice: «Queremos hacer de MORENA el partido donde todos los mexicanos quieran estar y donde la militancia se sienta a gusto».
¿Cómo dice eso si a ella la corrieron de la dirigencia por transa?; no la quieren en el partido por sucia, pero ella misma dice: «Se ha ensuciado el nombre de la política, hay que dignificarla para acabar con los negocios, contubernios y corrupción». Vaya manera de describirse de la señora. Como todos los corruptos que no tienen justificación, la señora Polevnsky dice que todo lo que dicen sobre ella es parte de una guerra sucia.
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