Veracruz: Estado de porquería en inseguridad

Violencia
Escena del crimen FOTO: WEB
- en Opinión
*Impunidad al 99% mientras Cuitláhuac simula
*Descanse en Paz Monchi Gasperín gran hombre

Carlos Jesús Rodríguez Rodríguez / ES TRISTE y lamentable reconocerlo, pero mientras el gobernador Cuitláhuac García Jiménez y colaboradores como el nefasto secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, pierden el tiempo sembrando arbolitos y chapeando espacios públicos, Veracruz se ha convertido en un Estado de porquería en materia de inseguridad, donde lo mismo se mata a una mujer –por el solo hecho de serlo-, que a un empresario piñero generador de empleo y riqueza, y qué decir de periodistas a los que ahora, para variar, les cortan la cabeza para mandar un mensaje de terror a otros comunicadores que se atreven a enarbolar la verdad. Nadie gobierna el Estado, y García Jiménez, ante su propia impericia prefiere dedicarse a otras cosas, menos a organizar el combate contra las bandas criminales que asolan el solar jarocho y tiñen de rojo a Veracruz con crímenes a diario, desde taxistas, comerciantes, secuestradores y un sinfín de veracruzanos, formen parte o no de alguna organización delincuencial, a tal grado que ya no se sabe qué es más letal: contagiarse de CoVid19 y caer en un cuadro de neumonía, o toparte con un grupo armado que te asalte, secuestre o arranque la vida al confundirte o solo por aterrorizar al Estado, mientras las inútiles reuniones del grupo de coordinación para la paz solo sirven para degustar café colombiano y hacer como que se trabaja sin que al final del día se tengan los resultados que planean.

Y ES que indigna saber que hombres como Moisés Gasperín Crivelli, un importante empresario dedicado a la ganadería y a la siembra y comercialización de piña en la zona de Rodríguez Clara e Isla, haya sido asesinado a mansalva cuando convivía con familiares. Monchis –lo conocí hace ya algunos ayeres- era un hombre bueno, dispuesto siempre a ayudar, bondadoso y un ejemplar padre y jefe de familia, y aunque seguramente este lunes la Fiscal General del Estado, Verónica Hernández Giadáns sacará de nuevo su trillado casette para “advertir” que ese crimen no quedará impune, lo más probable es que si quede sin resolver como la mayoría de los que ocurren en estos tiempos. Hace apenas unos días el periodista veracruzano Julio Valdivia Rodríguez fue asesinado y decapitado en el municipio de Tezonapa, y su cuerpo arrojado sobre las vías del tren tratando se confundir de que pudo ser arrollado por una máquina, pero su cuerpo presentaba huellas de tortura, mientras que su cabeza fue desprendida del cuerpo con un arma punzocortante. Valdivia era reportero de nota roja y ya había recibido amenazas anteriormente, pero el Gobernador, que sigue el ejemplo del presidente Andrés Manuel López Obrador, ha convertido a los medios en sus enemigos, y nadie le brindó protección, por lo que su cadáver fue encontrado con señales de tortura, decapitado y arrojado a las vías del tren ubicadas entre los municipios de Motzorongo y Paraíso, convirtiéndose en el tercer comunicador asesinado en el gobierno de Cuitláhuac, que ni siquiera una llamada realizó a la familia y, mucho menos ofreció apoyo económico pese a que el reportero deja en la orfandad a varios menores de edad.

NO ES secreto que Veracruz es considerado uno de los Estados más peligrosos para ejercer el periodismo en México y en el mundo, con 24 homicidios de comunicadores desde el año 2010 a la fecha, de acuerdo con estadísticas de la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas, aunque en realidad son más, sin contar solo las agresiones físicas que no llegan al crimen, o las amenazas que vierten funcionarios contra algunos medios como la del secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, contra los directivos de El Dictamen días antes del asesinato de Valdivia.

ESTA MADRUGADA, por ejemplo, en San Juan Evangelista apareció muerta una menor de edad severamente golpeada. Y aunque podría tratarse de un feminicidio por parte de su pareja, éste no aparece por ninguna parte. Daysi N, fue encontrada sin vida por su suegro sobre la banqueta de una calle con el rostro y la cabeza destrozada, y las líneas apuntan a su cónyuge con quien discutía constantemente, pero mientras el chico no aparezca nada podrá asegurarse, pues en aquella región los jóvenes desaparecen por encanto. También en otros sitios del sur, norte y centro hubo ejecutados a balazos como todos los días; asaltos a negociaciones y desapariciones, y esto es un asunto ya intolerable, como si las instancias de Seguridad y Procuración de Justicia vacacionaran, porque si bien en Veracruz siempre ha habido inseguridad, jamás se habían visto niveles como estos, ni siquiera en tiempos del ex gobernador Agustín Acosta Lagunes, cuando las bandas delincuenciales asolaron el Estado y lo tiñeron de rojo.

YA EL propio presidente Andrés Manuel López Obrador ante la magnitud de lo que está ocurriendo en la Entidad, instó a las autoridades a esclarecer el crimen del periodista Julio Valdivia: “Es nuestra obligación hacer la investigación y castigar a los responsables. Sé la importancia que tiene el periódico El Mundo de Córdoba y lo heroico que es hacer periodismo en esa región como en otras del país”, dijo el titular del Ejecutivo Federal, y solo después del pronunciamiento de López Obrador, el gobierno de Veracruz condenó este miércoles en su cuenta de Twitter la muerte del periodista. “Tal como hemos dejado claro anteriormente, en este gobierno no habrá impunidad. Coordinaremos esfuerzos con la Fiscalía de Veracruz para dar con los responsables”, según se lee, como si se tratara de un disco rayado puesto que la impunidad ahí está.

MUCHAS VECES dijeron que jamás había habido tanta impunidad en un gobierno como en el de Miguel Ángel Yunes Linares, cuando ejercía como Fiscal General Jorge Winckler Ortiz, y hasta lo acusaron de ocultar órdenes de arresto, pero llegó Verónica Hernández Giadáns y lo despojó de ese título, convirtiéndose en la campeona del despotismo, con casi 99 por ciento de los delitos no aclarados. Veracruz es un Estado fallido, una porquería en materia de inseguridad, y para variar, sin profesionistas capaces para contener el CoVid19, a tal grado que el Estado fue regresado de amarillo a naranja en el semáforo epidemiológico, luego de que, debido al relajamiento preventivo, aumentó el número de infectados y muertos por CoVid19, y cómo no si en ese afán de servilismo al Presidente, MoReNa organiza irresponsablemente mesas para recabar firmas a fin de poder juzgar a los ex Presidentes, descuidado la sana distancia, con aglomeraciones y exponiendo a quienes menos tienen. Sin duda, algo muy grave debe estar pagando la Entidad para merecerse semejantes gobernantes. OPINA [email protected]

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