¡Bonito negocio! Imagine que usted, por necesidad decide rifar su televisor, a 50 pesos el boleto. Sin embargo, los boletos no se venden porque la gente se enteró que en realidad usted no va a dar el televisor de premio, sino que va a dar el equivalente del costo del televisor, pero dividido entre 100 personas. Ante esa circunstancia a usted se le ocurre comprar los boletos que no se vendan, erogando un gasto que es del 30 por ciento del valor del televisor. ¡Bonito negocio! Eso es precisamente lo que piensa hacer el gobierno federal. A una semana de que se rife el avión presidencial, que en realidad no se va a rifar, el gobierno federal decidió comprar un millón de boletos, lo que equivale a 500 millones de pesos.
Estos boletos, anunció el presidente López Obrador, se van a repartir entre los hospitales Covid: «Los hospitales de Covid van a contar con un número determinado de boletos, el Insabi les va a entregar estos boletos. Ese recurso viene de lo que entrega la Fiscalía General de la República por decomisos al Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado y se van a entregar a los cerca de mil hospitales, a cada hospital alrededor de mil boletos, mil cachitos».
Claro, los que se ganen el premio, si es que se lo ganan, no podrán disponer de él, sino que tendrá que ser «para equipo, para mejorar la situación del hospital, para uniformes, para protección del personal, para una ambulancia, para lo que ellos decidan». ¡Para lo que ellos decidan! ¡Cómo no!
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