Es cierto, algunos medios anunciaron la inminente muerte del secretario de Gobierno, Éric Cisneros Burgos; otros hasta le rezaron su “Padre Nuestro”. Se adelantaron pues creyeron que por su obesidad y por supuestas enfermedades no comprobadas se iba a morir. Pero no se murió, y eso no puso alegres a muchos. Tal vez por ello, el secretario de Gobierno regresó con la espada desenvainada.
Amenazó a la directora ejecutiva de El Dictamen, porque coloquialmente la expresión “el que se lleva se aguanta”, se refiere a una represalia por algún acto que se considera de agravio. Nadie le dice a alguien que respeta “el que se lleva se aguanta”. Se lo dice uno a alguien que cometió un acto en contra de uno y a veces lo dice uno como advertencia o promesa de que habrá un desquite.
Pero Éric Cisneros, que es de los que tira la piedra uy esconde la mano, ahora sale a decir que él no cree que su comentario haya sido de amenaza o tenga que ver con una agresión, y menos a una mujer, comentó. Vaya con el secretario de Gobierno, con tal de no emitir una disculpa pública y reconocer el exabrupto, queda como un político falaz, necio e inexperto; ah, y también cobarde.
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