Después vuelven a pedir alto al fuego y por fin hacen caso. Cuando uno de los militares se acerca para revisar la camioneta, grita que uno de los que ahí viajaban está vivo. De inmediato una voz grita: «Mátalo, mátalo, a la verga». El saldo fue de 12 personas muertas, tres de los fallecidos eran personas secuestradas que llevaban los pies y las manos atadas.
Sobre este caso la Secretaría de la Defensa Nacional ya declaró: «Si alguien comete un delito. Aquí no hay impunidad. No existe que se solape a nadie. En todas las ocasiones en las que se ha determinado a través de una investigación que hay responsabilidad del personal militar, siempre la institución ha investigado y si hay responsabilidad, se ha procedido. Es algo que siempre se ha hecho. No es nuevo».