Iván Joseph Luna, premio a la ineficiencia; nunca pudo con el puesto. Nunca pudo sacar al buey de la barranca

Luna
Iván Joseph Luna FOTO: WEB

En una comida de amigos en San Julián, un directivo de la universidad donde cursó estudios el coordinador de Comunicación Social del gobierno de Cuitláhuac García, reconocía apenado que sí, que Iván Luna había cursado estudios ahí. Apenado lo decía porque sabía de las no-cualidades del egresado, quien para formar su equipo se fue a traer a un grupo de compañeros, también sin cualidades. No tenían ni la menor idea de lo que es la Comunicación Social y eso con el tiempo quedó patente. Nunca pudieron sacar al buey de la barranca; Cuitláhuac García siempre se divisó en el fondo de esa barranca de impopularidad, donde la gente sólo miraba a un jumento que rebuznaba intraducibles ditirambos a López Obrador y discursos dirigidos a la nada.

Un día el periodista Armando Ortiz se lo encontró en un sencillo restaurante de mariscos. Ahí estaba, como un paisano cualquiera, rodeado de esos inútiles que le hacían la corte; ya sabe usted que para que un mono desnudo se sienta vestido, debe rodearse de aduladores. Terminó de comer, se levantó de la mesa y se retiró sin siquiera mediar saludo.

¿Miedo o soberbia? Tal vez las dos cosas. Ante la imposibilidad de ganarse un puesto, por su inutilidad, Iván Joseph Luna, comentan algunos analistas, tendrá como premio a su ineficiencia una diputación plurinominal; premio preciso para un inútil. Iván Joseph Luna no podría ganar en las urnas, ni en sus sueños, algún puesto de elección popular.

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