Doña Rosario Robles, al enterarse que a Emilio Lozoya le dieron trato VIP, y que después de tenerlo en el hospital lo mandaron a su casa sólo con un brazalete para tenerlo ubicado, se preguntó, y yo, ¿por qué no? De tal modo que ya vinculada a procesos por la famosa “estafa maestra”, Rosario Robles, exaliada de López Obrador, quiso tramitar un amparo que pretendía revocar su vinculación a proceso. Sin embargo, el Noveno Tribunal Colegiado en Materia Penal de la Ciudad de México le dijo que no.
El tribunal determinó que doña Rosario no reportó a sus superiores jerárquicos los presuntos desvíos que se cometieron en Sedesol y Sedatu. Vale mencionar que las denuncias por los desvíos de recursos de las dependencias de las que fue titular Rosario Robles sí llegaron a oídos de Enrique Peña Nieto.
Sin embargo, el presidente en su momento tranquilizó a Robles Berlanga con esa frase que se hizo emblemática: «No te preocupes Rosario». De todos modos, para que quiere salir a la calle doña Rosarios Robles. En México ya casi hay medio millón de contagiados, y ella, en su celda, está más segura que una ostra.
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