Que haya salido positivo a Covid el secretario de Gobierno nos deja varias enseñanzas. Primero que las personas que alardean de buena salud, también pueden ser infectados, sobre todo por su imprudencia. Segundo, que los que promueven los servicios de Salud en el estado de Veracruz no confían en los servicios que brindan los hospitales. ¿Cómo lo sabemos? Pues si el secretario de Gobierno confiara en los hospitales públicos de Veracruz, no hubiera dudado en internarse en uno.
Pero el caso es que el secretario de Gobierno sabe que la mortalidad de enfermos internados en los hospitales es alta, y por ello no lo pensó dos veces y fue a instalarse al Hospital de la Beneficencia Española en el puerto de Veracruz, donde le van a brindar servicios de calidad, donde ya le deben tener un respirador, por si se ofrece. Pero el caso es que cientos de veracruzanos, quizá miles, no tendrán esa suerte.
De hecho, ya se sabe que los hospitales en varias ciudades de Veracruz están saturados. A las personas las obligan a un peregrinar de hospital en hospital, y al final los tienen que regresar a su casa. No así a Eric Cisneros, quien ya tenía su privado listo en uno de los hospitales más caros del país, con cargo al erario público.
Por eso no se cuidó sabía que no ingresaria al IMSS, al ISSSTE o CEM