López-Gatell, el ídolo de pies de barro; no nos mintió, simplemente se equivocó. Domingo de 300 mil contagios

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El rey Nabucodonosor tuvo un sueño extrañó. Soñó con un ídolo de cabeza de oro, pechos de plata, vientre de cobre, piernas de hierro, pero pies de barro. Ese ídolo sería derribado por una roca enorme que llegaría del norte y que daría en los débiles pies de barro. Así, como el ídolo del sueño de Nabucodonosor, el subsecretario Hugo López-Gatell ha sido derribado por una roca enorme llamada realidad, esa a la que nadie ha podido ganarle. La realidad dio en los pies de barro de López-Gatell, quien engreído por la atención que estaba recibiendo del presidente y de millones de personas en México, se atrevió a lanzar pronósticos sobre el principio y fin de la pandemia del coronavirus; los picos más altos, el aplanamiento de la curva, la cantidad de contagiados y de fallecidos.

A nada le atinó López Gatell, lo cual no tendría importancia de no ser porque las políticas de Salud de nuestro país se basaron en esos pronósticos. Un ejemplo, para López-Gatell como para López Obrador, la pandemia sería como una gripita y por ello no recomendaban el uso del cubrebocas, porque decía López-Gatell que era innecesario, que no tenía ninguna utilidad. Ahora, con la experiencia de muchos países que hicieron obligatorio el uso del cubrebocas y que con ello, y otras medidas, lograron contener la pandemia, ya sale el “ídolo de pies de barro”, cuatro meses después, a decir que es importante el uso del cubrebocas.

¿Cuántos contagios no se pudieron haber evitado si desde un principio hubieran hecho obligatorio el uso de cubrebocas? Este domingo México llegará a los 300 mil contagios y a más de 35 mil muertos, y muchos de esos contagios son responsabilidad de las políticas de salud pública de un funcionario que pensó tener la verdad absoluta, pero que ahora se da cuenta de su gran equivocación, y por ello busca echarle la culpa a los demás.

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