Cada vez que AMLO viene a Veracruz a restregarnos a su bodoque y a ponerlo como una santísima bendición, los veracruzanos sabemos que sólo es una estrategia más de un animal político, que se las sabe de todas, todas. Además, los veracruzanos nos cocemos aparte, al menos de nuestro terruño han salido siete chipocludos que han llegado a ocupar la silla donde el actual presidente deja reposar sus extremidades más blandas de su cuerpo.
Veracruz ha tenido gobernadores que han dejado huella, ahí está don Rafael Hernández Ochoa, también sobresale Don Agustín Acosta Lagunés y hasta el propio Dante Delgado Rannauro que dejó terminado el Museo de Antropología, orgullo ante el mundo. Pero si usted echa un vistazo al trabajo gubernamental que hasta el momento ha hecho Cuitláhuac García Jiménez, se percatara que el señor nacido en la colonia progreso de la capital, no ha hecho absolutamente nada por el estado de Veracruz, es mas no ha mandado ni a tapar ni a sacar los hoyancos de la calle Chihuahua, donde radica y vive aun con sus padres. El fortuito gobernador sólo se la pasa destacando las pírricas obras de su consentido, Zenyazen Escobar, a quien hizo secretario de la SEV.
De manera que cada vez que viene el señor de las canas tabasqueñas, a decir que el mejor gobernador del mundo mundial es Cuitláhuac García Jiménez, los veracruzanos, los que sí saben de política, concluyen que solo lo está preparando para darle una salida airosa de un estado que no ha sabido gobernar. En otras palabras, el Peje solo está tejiendo una apología a la estulticia de un hombre que tocó la flauta coincidentemente, y que en sus sueños lúbricos en algún momento se sintió tocado por los dioses.
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