En Veracruz tenemos muy pegado el dicho «pasó sin pena ni gloria» cuando algo no genera ninguna reacción (ni positiva ni negativa), aun cuando se tuviera alguna expectativa de ello. También puede referirse a algún evento o acción. En general se usa cuando algo decepciona. Pues eso fue lo que pasó con la visita de Andrés Manuel López Obrador a tierras veracruzanas. Contraviniendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias, el presidente se presentó en los eventos sin cubrirse la boca.
Tal pareciera que el Ejecutivo federal considerara muy urgente estar presente en inaugurar la renovación de las vías férreas en el sureste veracruzano. Desde luego el Ejecutivo estatal Cuitláhuac García Jiménez rápidamente se llenó la boca diciendo que, con esta medida, se generarían siete mil empleos directos.
Lo cierto es que las encuestas que antes los catapultaron, hoy son las mismas que han desnudado los pobres resultados de los gobernadores de Morena, desde luego incluido el considerado bendito entre todos los gobernadores quien, por cierto, se sabe que se la tienen jurada en el centro del país, ya que si no endereza el barco en los próximos meses, tenga por seguro que comenzarán cantarle las golondrinas en el mes de diciembre. Así las cosas con la visita de AMLO, donde no hubo nada relevante que destacar.
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