Hay seria preocupación en el rostro del subsecretario de Salud federal Hugo López-Gatell, y es que el popular funcionario ha recibido informes de que algunos gobernadores han relajado sus medidas sanitarias y han comenzado abrir comercios y bares considerados no esenciales. El mismo funcionario federal ha advertido que, bajo ninguna circunstancia, debe abrirse negocios durante la Jornada Nacional de Sana Distancia.
No obstante que se había dicho que ésta concluía el primero de junio, señaló: «No ha terminado la Jornada de Sana Distancia y (es) especialmente importante que, en las grandes urbes, como Ciudad de México y desde luego Monterrey, Nuevo León, donde tenemos noticias que empezaron abrir bares y restaurantes y desde luego también Guadalajara, que son las siguientes ciudades en las que podría crecer en grandes proporciones la epidemia».
Agregó que este riesgo se verá reflejado en 15 días, López-Gatell precisó que este posible aumento de casos sería muy difícil de controlar. «Si hoy están abiertas actividades económicas no esenciales en esas ciudades, en 15 días van a tener un repunte de la epidemia de una manera difícil de controlar».
Y, a decir verdad, el cierre de bares y cantinas, en la mayoría de los estados, representa una pérdida de empleos muy amplia. Desde cadeneros, meseros, proveedores, músicos y dueños de bares se han visto en situaciones precarias desde que se determinó que deberían permanecer cerrados. Pues por lo pronto, los bares y cantinas seguirán cerrados en varios estados del país.
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