En Perú la situación con el coronavirus es complicada, pues con 124 mil infectados, el gobierno del país sudamericano pide a sus habitantes que por favor no salgan de casa para no acrecentar la curva. Pero con varios meses de cuarentena, los ciudadanos ya están desesperados por salir de casa y volver a sus vidas normales y eso incluye las fiestas. Luego de haber roto la cuarentena la modelo Shirley Arica de 27 años, junto con otras personas, fue arrestada y condenada por las autoridades a quince meses de prisión privativa, lo que significa que la modelo y los demás fiesteros ya no podrán andar por donde deseen.
Fue el pasado sábado 23 de mayo que la modelo de 27 años asistió a una fiesta en un domicilio particular. Cuando todo parecía risas y diversión, de repente todo se vino abajo cuando uno de los vecinos dio aviso a las autoridades de una fiesta muy ruidosa. Luego de ver lo que pasaba las autoridades arrestaron a los presentes, y fueron llevados a la fiscalía donde después de admitir lo que habían hecho se les dictaminó la condena privativa.
En México cada fin de semana se reportan cientos y cientos de llamadas a la policía por fiestas clandestinas, sin embargo, obviamente no todos los llamados pueden ser resueltos, y los pocos que son atendidos no pasan de una advertencia. Al final, ¿en quién repercute la culpa? ¿En los organizadores? ¿Los que asisten a la fiesta? ¿En las autoridades que hacen poco por acabar con las fiestas clandestinas?
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