Fue parte del discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador, combate a la corrupción, acabar con la corrupción. El entonces candidato López Obrador decía que su gobierno tendría éxito y lograría las metas económicas y sociales que se había propuesto porque se eliminaría la corrupción. Sin embargo, si bien la idea se le ha vendido muy bien a los mexicanos, quienes en sí perciben que se está combatiendo la corrupción, la realidad es otra. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística, en México la corrupción no disminuyó, sino que ha aumentado.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) 2019, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el 15.7 por ciento de la población experimentó actos de corrupción al momento de acudir a realizar un trámite a alguna dependencia gubernamental. El mismo estudio muestra que en lo referente a los actos de corrupción, es decir la prevalencia de corrupción, en 2019 se llevaron a cabo 15 mil 732 actos, mientras que en 2017 el número de actos fue de 14 mil 635 actos con víctimas.
En el caso de la tasa de incidencia, es decir nuevos actos de corrupción por cada 100 mil habitantes pasó de 25 mil 541 actos de corrupción en 2017 a 30 mil 456 en 2019. Sin embargo, el presidente, después de 18 meses de gobierno, insiste en que la corrupción es fácil de eliminar, siempre que haya voluntad. ¿Y la hay?
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