María Luisa: los peligros de las clases en línea; la joven tiene que viajar en una zona insegura para poder conectarse

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María Luisa tenía que viajar y gastar en transporte para poder acceder a las clases en línea de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana (BENV) “Enrique C. Rebsamen” FOTO: JUAN DAVID CASTILLA
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Juan David Castilla Arcos / Xalapa, Ver. María Luisa tenía que viajar y gastar en transporte para poder acceder a las clases en línea de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana (BENV) “Enrique C. Rebsamen”.

Al no tener clases presenciales por la contingencia sanitaria del COVID-19, regresó a casa con su familia en el municipio de Fortín, donde carece de internet.

Utilizaba los datos móviles de su teléfono celular para poder conectarse y acceder a las tareas; sin embargo, en su domicilio, casi nunca tenía señal.

«Empezaron a mandar tareas, lo del curso para entrar a las clases, dije que mejor iba a ocupar los datos de mi teléfono porque mi papá me paga plan pero imagínese que aquí, en su casa, adentro, no hay señal».

La joven tenía que salir al patio y colocar su celular en un lugar elevado, donde tuviera toda la señal para compartir el internet y poder utilizarlo desde su computadora.

«Pero aún así es un fastidio porque se va la señal o no carga, porque la computadora jala demasiados datos móviles. Ya le dije a mi papá que me va a llegar más caro (plan de telefonía)».

Por tal motivo, se trasladaba a la casa de su abuela en el municipio de Córdoba, donde el internet le permitía acceder a las actividades académicas.

«Es la distancia como de Xalapa a Banderilla, yo estoy en Fortín y mi abuela en Córdoba, pero eran dos pasajes diarios, después me quedaba a dormir allá para terminar lo de mi documento, cuando lo terminé creí que ya estaría libre, pero no fue así».

Cabe destacar que Córdoba y Fortín se ubican en una de las zonas más inseguras de la entidad veracruzana.

En la zona centro del estado son constantes los secuestros, homicidios y extorsiones por la presencia de grupos de la delincuencia organizada.

Sin embargo, María Luisa, cuyo nombre real se reserva por cuestiones de seguridad, tiene que salir de casa, arriesgándose a ser víctima de la delincuencia o contagiarse de coronavirus.

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