Congreso de Veracruz reconoce tácitamente que el gobierno de Cuitláhuac García es un asco; lo blindan para que no se revoque su mandato

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El gobernador Cuitláhuac García Jiménez FOTO: PATY BARRADAS/FOTOVER

Con la maniobra que llevó a cabo la bancada de Morena en el gobierno de Veracruz, queda claro que el gobierno de Cuitláhuac García es un asco. Ellos, los de la Cuarta Transformación, que presumían habrían de gobernar como nadie y resultaron ser más estultos, ineficientes, corruptos y saqueadores que los gobiernos que tanto criticaban. Incluso, uno de los puntos que más pregonaban era que mediante una consulta popular pondrían a juicio su gobierno para ser ratificados.

Ellos, los de Morena, fueron los de la idea de la revocación de mandato: «El pueblo pone, el pueblo quita» era el pregón de López Obrador. Pero se dieron cuenta de que el pueblo está dispuesto a quitar hoy mismo al gobernador más estulto que haya pisado Palacio de Gobierno, el más ineficaz, el más solapador; un “don nadie”, Cuitláhuac García, que le teme a su propia sombra electoral.

34 votos fueron suficientes para cambiar las reglas del juego y no poner en riesgo a un gobernador que, si mañana mismo se hiciera una consulta popular para su revocación o ratificación, mañana mismo dejaría de ser gobernador. Pero en el pecado llevarán la penitencia. Dejar en el gobierno al Cuitláhuac García significa que el desprestigio de Morena seguirá creciendo y las próximas elecciones mostrarán un nuevo rostro político en el estado de Veracruz.

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