El periodista Arturo Reyes Isidoro en su columna Prosa Aprisa del 6 de mayo de 2020 sugirió que un funcionario del gabinete de Cuitláhuac García había dado positivo a Covid-19. El periodista lo anotaba de esta manera: “La fuente es seria. De todos modos, quise corroborar la información, aunque no obtuve respuesta. Que un funcionario o funcionaria del gobierno cuitlahuista dio positivo y tiene coronavirus. El mejor deseo siempre es que no sea cierto. Si lo es, que la persona supere la situación.
Pero también que no se oculte y que se tomen las medidas para evitar más contagios”. Si alguien es serio en el periodismo veracruzano es Arturo Reyes Isidoro, por lo que no había que tirar en saco roto esa información. Es por ello que, indagando aquí, indagando allá nos enteramos que es muy posible que el funcionario del que habla Reyes Isidoro en realidad es funcionaria.
De los mismos intestinos del gobierno nos dicen que quien dio positivo a Covid-19 es la Contralora General, la Ing. Mercedes Santoyo Domínguez. Por supuesto se espera que la funcionaria se encuentre bien y logre superar la enfermedad. ¿Por qué si es un funcionario público no se da a conocer esta información? ¿Dónde está lo gravoso? ¿Acaso, como en el caso de Irma Eréndira, buscarían sancionar a quien diera los nombres de algún funcionario infectado de Covid?
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