¿Y ahora a quién culpamos?

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Andrés Manuel López Obrador FOTO: WEB
- en Opinión

Francisco Vargas / Desde hace más de un año que el Gobierno de López Obrador empezó a destruir la economía nacional a raíz de sus demagogas decisiones con tintes socialistas, las cuales dejaron una recesión económica además de una fuga masiva de capitales, generando desempleo, estancamiento social y pobreza. Ningún asesor, ni alto funcionario de su gabinete se hubiera imaginado que a estas alturas del colapso económico nacional llegaría una crisis sanitaria a terminar de noquear al país. Las estadísticas de distintas calificadoras financieras, especialistas y bancos como Bank of América, colocan a México como una de las 3 principales economías que resentirá más la crisis económica mundial que está desencadenando la pandemia, colocando a nuestra nación en la canasta de países sin blindaje financiero junto a Venezuela, Argentina, Nicaragua y Cuba, los cuales en este momento, al igual que México, son gobernados por líderes denominados de “ultra izquierda” imponiendo un exagerado control por parte del Estado sobre el mercado financiero y las decisiones económicas nacionales, por lo que la contracción del PIB será mucho más aguda y tanto el crecimiento como el desarrollo será completamente nulo, lo que haría que fuera inevitable que la Secretaria de Hacienda adquiriese más deuda.

Por ello, es que estás recientes semanas de confinamiento, específicamente esta última, López Obrador, funcionarios de su gabinete, legisladores y líderes morenistas han iniciado una línea muy bien organizada sobre difusión de noticias para no sólo desinformar a los mexicanos, sino para distraer su atención sobre el colapso económico en el que están hundiendo al país.

Parece ser que la orden del dirigente de Palacio Nacional es empezar a convencer a los mexicanos de que el responsable de la grave crisis que se avecina (y que ya empieza a tener efectos adversos) no es el Gobierno Federal, sino más bien que es simplemente una consecuencia de la pandemia mundial (lo que en gran medida es cierto).

Sin embargo este fuerte golpe a la economía de los mexicanos no sería tan devastador si López Obrador hubiese accedido a disminuir la producción de Petróleo, si hubiese afianzado una fuerte alianza con el sector privado, si no hubiese cometido el descarado acto de corrupción de comprarle al hijo del titular de la CFE Manuel Bartlett ventiladores a un sobre precio, si en lugar de invertir en la construcción de una refinería completamente obsoleta, en un tren que terminará con la vida de miles de árboles y animales salvajes en el sureste del país y la adquisición de un estadio de béisbol en plena pandemia, hubiese invertido ese enorme capital en inversión a empresas privadas y rescatar empleos.

La ignorancia, la insensatez y terquedad de López Obrador (además de que no existe absolutamente nadie en su gobierno que se atreva a revelársele) hace que tome decisiones inconscientes e irresponsables, seguramente a ignorando por completo las recomendaciones de especialistas e incluso la de sus propios asesores, pues es que hasta el más ciego podría ver y darse cuenta del desastre que está causando en el país.

En su momento fue Rosario Robles, después Emilio Lozoya, García Luna, y hasta hace poco el propio ex Presidente Felipe Calderón (ninguno de los tres primeros sentenciados como culpables) los responsables de la corrupción y desgracia de México, ahora el Presidente debe estar pensando en quién señalar los próximos días como el enemigo número uno y así poder prolongar lo más posible su desaprobación de cara a las elecciones del 2021.

AMLO se desmorona y no hay forma, por lo menos en este año, de que su popularidad vuelva a crecer, lo que generaría por consecuencia que su legitimidad caiga poco a poco, y que para desgracia de sus seguidores se topen con la cruel realidad de conocer que el verdadero culpable del hundimiento de nuestro país desde el 1 de diciembre del 2018 fue el ahora Presidente de México y nadie más.

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