El que apoyó y levantaba a mano de José Antonio Meade, ahora dice que «es tiempo de que todos los mexicanos se unan en torno del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador». El que apoyo la Reforma Educativa de Enrique Peña Nieto y que recibió millones para promover las bondades de la misma, ahora sale a decir que la «patria nos llama y que es momento de entregar el esfuerzo desde la vocación elegida, y poner la educación al servicio del pueblo».
El que pretendió engañar a los maestros con un amañado Reglamento de Elecciones de Directivas Seccionales, haciéndose pasar por un gran demócrata del SNTE, pero que en el fondo busca perpetuarse en el poder sindical, ahora sale a decir que «la unidad también debe suceder alrededor de las instituciones responsables de coordinar la política de salud y bienestar para la sociedad».
El que no ha entregado cuentas del dinero recibido de parte del Gobierno Federal y no ha querido decir qué hace con el dinero de las cuotas sindicales de casi dos millones de afiliados, ahora hace un llamado a fortalecer los vínculos de fraternidad, solidaridad y unidad.
Resulta que Alfonso Cepeda Salas mandó este mensaje digitalizado en la conmemoración por el Día Internacional del Trabajo, en el cual también fueron recordados los mártires de Chicago, Cananea y Río Blanco, precursores de la lucha por los derechos humanos laborales. Sin embargo, las palabras se toman de quien vienen y, en este caso, era necesario recordar los antecedentes del oscuro personaje que se ha venido a convertir en un verdadero obstáculo para la democratización del SNTE.
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