Armando Ortiz / Antes de ser acribillado sobre la carretera federal número 180 Matamoros-Puerto Juárez, tramo Papantla-Poza Rica, el abogado Juan Manuel Polo Jiménez había acudido a los juzgados de Papantla donde tenía denunciados al notario Donaciano Cobos y al abogado Carlos Pantoja de la Cruz por un fraude millonario. Donaciano Cobos, con ayuda de la Barra de Abogados de la zona, fabricó escrituras apócrifas para favorecer a unas personas y despojar a los clientes de Juan Manuel Polo de unos terrenos ubicados en Papantla y de una casa en Cazones. Pero Juan Manuel Polo fue asesinado y la primera que llegó al lugar del crimen fue la periodista María Elena Ferral; se sabe que la periodista recibía por parte de la policía los pitazos para así obtener las primicias. La nota de la periodista publicada en el Heraldo de Martínez señala con precisión: “En el lugar murieron el abogado Juan Manuel Polo Jiménez, con domicilio en Pachuca, Hidalgo y sus clientes Isidro Jaime Pérez, de 73 años de edad, quien tenía su domicilio en la localidad La Victoria, Kilómetro 47 y Marilú Aguilera García, resultando heridos Edna Arisben Mota y Carlos Alfredo Huerta. Sobre la cinta asfáltica y en la orilla de esta quedaron tirados casquillos percutidos de las balas utilizadas para acribillar a los ocupantes de la camioneta”. Algunas notas señalan que el abogado Juan Manuel Polo, residente del estado de Hidalgo, estaba en Papantla por la denuncia interpuesta al notario Donaciano Cobos. “Descubrimos una red de corrupción. Una red terrible en la que está inmiscuida la barra de abogados independientes (…) Yo no vengo a exhibir a una persona, vengo a denunciar un delito con papeles en la mano”, decía en entrevista el abogado antes de ser acribillado. María Elena Ferral desde esos días, visitaba con frecuencia a su “amigo” Chano Cobos, donde, según testimonios de tres reporteros, la periodista los citaba para darles “un apoyo”. Ahí, saliendo de la notaría de su “amigo” Chano Cobos, asesinaron a María Elena Ferral.
Murió por Covid-19 en hospital de Ecatepec, la familia entra armada y asegura que lo mataron; pero el tipo tuvo fiesta días antes con mota y mariachi
Muy indignados entraron al hospital de Ecatepec los familiares empistolados a reclamar por qué habían matado a su hijo, un exconvicto llamado Alexis de 28 años, quien por causa de la pandemia fue preliberado. Los familiares decían que en el hospital habían matado a su hijo. La madre incluso dijo que el coronavirus no existe, y que los doctores le habían inyectado a su hijo algo para matarlo. En el mismo video que dura casi media hora, una mujer llora cuando descubren el cuerpo de Alexis. Esa misma mujer estuvo, días antes, enfiestada con Alexis en una fiesta en la que hubo mota y mariachis. Los familiares entraron y violentaron a todo el personal médico, exigiendo que les entregaran a su hijo, pero que se los entregaran vivo. Sin embargo, Alexis no guardó la cuarentena, antes bien, después de ser preliberado se dispuso a disfrutar de la vida. En redes sociales ya subieron las fotos de Chantal Leal, la mujer que llora a Alexis, quien murió por Covid-19. En las fotos se le ve con el exconvicto, enfiestada y fumando mota. Es la misma que es captada como una “Magdalena”, llorando porque “le mataron” a su hombre. Y todavía hubo personas que después de ver el video criticaron al personal médico porque no entregaban el cuerpo del “angelito”; hubo quienes acusaron a los médicos de asesinos pues se creyeron el cuento de la madre de que su hijo había llegado bien al hospital y que el coronavirus no existe. ¡Eso es tener muy poca madre!
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