Más de dos veracruzanos en Roma

Veracruzanos
Crucero Costa Luminosa FOTO: WEB
- en Opinión

Sergio González Levet / Don Roberto Sánchez Escalante y su esposa, doña María de Jesús Domínguez, fueron sorprendidos por el coronavirus mientras viajaban en el crucero Costa Luminosa por las costas de Italia, celebrando sus 48 años de ser una feliz pareja, casada con todas las de la ley.

Después de varias vicisitudes terminaron acuartelados en un hotel de Roma porque en el barco iba un pasajero contagiado del Covid-19.

Hoy terminan una cuarentena de 14 días en los que no pudieron ni asomar la nariz fuera del cuarto. Pero el amor triunfó sobre el aburrimiento, aunque ayudaron mucho las canciones de Agustín Lara, que él canta como pocos. Esta vez fueron interpretadas a capela porque no tuvo un piano para aderezarlas como sólo el flaco de oro y él han podido hacerlo.

Dentro de los protocolos de seguridad instaurados por la OMS, ayer les hicieron la prueba oficial para detectar el virus, con hisopos en la nariz y boca, y muestras de sangre.

Mañana les darán el resultado que añoran, y entonces podrán empezar el proceso de regreso a la patria, al Veracruz que tanto extrañan. Es todo un recorrido por la tramitología oficial y de sanidad más estricta, en la que intervienen las autoridades aduanales, migratorias y de salud de Italia y de México, representantes de la empresa Costa Cruciere, la embajada en Roma de nuestro país y las líneas aéreas que se involucrarán en el viaje de retorno

Me dicen que están “muy bien”.

Y mandan un mensaje a quienes se han preocupado por ellos:

“Conservamos esperanzas y entereza. Estamos convencidos de que vamos a volver sanos y salvos.

“Sabemos que estos contratiempos les preocupan a nuestros familiares y amigos tanto como a nosotros, pero todo está bajo control.

“Paciencia y serenidad es la ruta para sobrellevar la situación.

“Nos veremos muy pronto y cuídense, porque vienen tiempos más difíciles.

“Sean prudentes no expongan a su familia, no salgan a la calle.

“Abrazos a todos.”

Así como ellos, hay otros nueve paisanos varados en Roma, pero en todo el mundo hay cientos de mexicanos que no han podido regresar al país.

Por fortuna, la cancillería mexicana sí ha operado como se necesita -una de las pocas dependencias que han funcionado adecuadamente en el país, frente a la amenaza de la pandemia-, y nuestros connacionales han recibido un buen trato de todas las embajadas involucradas a lo largo del planeta.

Los que vayan regresando, nos darán noticia de que en otras partes del mundo los gobiernos han tomado medidas para proteger a la población del virus y para apoyar la economía de quienes ha tenido que guardarse en casa, que son la mayoría en cada país, de modo que puedan sobrevivir a la enfermedad, pero también al hambre.

No como aquí.

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