Y mientras tanto en Inglaterra, alguien sí pudo dar consuelo y esperanza a su pueblo; Isabel de Inglaterra no prometió ni echó la culpa a nadie ni se justificó

Inglaterra
Y mientras tanto en Inglaterra, alguien sí pudo dar consuelo y esperanza a su pueblo; Isabel de Inglaterra no prometió ni echó la culpa a nadie ni se justificó FOTO: INSTAGRAM

Se esperaba para este domingo un discurso por parte de la reina Isabel de Inglaterra. Vale señalar que el Reino Unido es una de las naciones más golpeadas por la pandemia del coronavirus, es por ello que la soberana, de 93 años, en un mensaje grabado previamente desde el castillo de Windsor, brindó consuelo y esperanza para su pueblo: «Estamos luchando juntos contra esta enfermedad, y quiero garantizaros que si continuamos unidos y decididos lo superaremos. Aunque hemos afrontado retos antes, este es diferente; esta vez nos unimos con todas las naciones de la tierra en un esfuerzo común, utilizando los grandes avances de la ciencia y nuestra instintiva empatía para sanar. Lo lograremos, ese logro será de cada uno de nosotros.

»Quiero agradecer a todos los que están al frente del NHS (Servicio Nacional de Salud), así como a los trabajadores de atención y aquellos que desempeñan funciones esenciales, que desinteresadamente continúan sus tareas cotidianas fuera del hogar en apoyo de todos nosotros. Estoy segura de que la nación se unirá conmigo para asegurar que lo que hacen es apreciado y que cada hora de su arduo trabajo nos acerca a tiempos más normales. Quiero expresar agradecimiento también a aquellos que se están quedando en casa, y con ello ayudando a proteger a los vulnerables y ahorrando a muchas familias el dolor que sienten aquellos que han perdido a sus seres queridos. Aquellos que vengan después de nosotros dirán que los británicos de esta generación eran tan fuertes como todos los demás.

»Los atributos de la autodisciplina, la determinación tranquila y bienhumorada, así como el compañerismo, todavía caracterizan a este país. Hoy, una vez más, muchos van a sufrir una dolorosa separación de sus seres queridos. Pero ahora, tanto como entonces, sabemos, en lo más profundo, que esto es lo que debemos hacer. Volveremos a estar con nuestros amigos; volveremos a estar con nuestras familias; nos volveremos a ver». Isabel de Inglaterra no tuvo que prometer nada, no tuvo que echarle la culpa a nadie, no tuvo que justificar su manera de actuar. Una lección que cierto presidente mexicano debería aprender.

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