En estos tiempos inéditos del coronavirus las personas de todo el mundo están ideando maneras de lidiar con la cuarentena y con el riesgo que representa quedar infectado. Es por ello que el joven Antonio Muñoz, que vive en Lomas de San Martín, Nuevo León, tuvo la ocurrencia de usar a su perrita para que le hiciera los mandados. Una tarde se le antojaron unos Chetos y mandó a su perrita a la tienda con el siguiente mensaje: «Hola señor de la tienda, puede venderle a mi perrita unos Chetos naranja, rojos no porque pican. En el collar trae $20. “Ojo”, si no atiende bien a mi perrita lo muerde… Atte. El vecino de enfrente».
La perrita por supuesto cumplió con el encargo, por lo que Antonio tomó fotos del momento de ponerle el mensaje en el cuello, y el momento en que la pequeña mascota regresaba con el encargo. Parece buena idea, pero no, todos los perritos podrían cumplir tan bien el encargo como la perrita de Antonio.
Muchos tenemos mascotas que lo primero que harían con el encargo sería husmearlo y si se les antoja se lo comen. Además, habría que decirle a Antonio que una vez que reciba el encargo tendría que limpiar muy bien la bolsa, porque el coronavirus se queda un buen de horas en las superficies de plástico.
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