Armando Ortiz / En una página de Facebook, Anticorrupción Atizapán, apareció una nota con fotografías donde se ve a los empacadores, adultos mayores de Chedraui, recibiendo una despensa antes de mandarlos a casa debido a las recomendaciones por la contingencia epidemiológica, dado que ellos son una población vulnerable. El mensaje dice lo siguiente: “Cosas de #admiración. Hoy en Chedraui mandaron a casa a los empacadores de la tercera edad, a causa de la contingencia COVID-19 mejor conocido como Coronavirus, pero lo bueno de todo esto es que les dieron su despensa… muchos dirán que no es mucho, pero para ellos eso cuenta mucho. Les dieron también una tarjeta para poder depositarles una ayuda económica. Felicidades a Chedraui por hacer esto, hay otras empresas donde se les hizo fácil mandarlos a su casa sin nada y sin pensar cómo les va a ir estos 30 días. Gracias Chedraui por pensar en nuestros abuelitos”. Libertad bajo Palabra se comunicó a atención a clientes de la empresa Chedraui donde nos corroboraron que, en efecto, están entregando una despensa a los adultos mayores antes de mandarlos a su casa para que no corran riesgo de contagio. Preguntamos además si era cierto que se les estaba entregando una tarjeta para que les depositen algún apoyo. Nos dijeron que eso no era cierto, sin embargo, nos pidieron que hiciéramos la sugerencia por correo electrónico para ver si los directivos de la empresa, que son los descendientes de don Antonio Chedraui, lo pudieran considerar. Habría que recordar que Chedraui es una empresa que nació en Xalapa, Veracruz, y que su fundador, don Antonio Chedraui fue siempre un hombre de gran corazón, un hombre muy querido en nuestra ciudad y que por supuesto no hubiera dejado en el desamparo a los adultos mayores que laboran en esta empresa. Ojalá lo tomen en cuenta, porque de hacerlo ellos otros replicarían esta buena acción.
Arturo Calle, empresario de Colombia: “El ser humano vale más que el dinero”. Cerrará sus tiendas de ropa, pero seguirá pagando a sus empleados
Debemos hacer viral el ejemplo del empresario colombiano Arturo Calle, un hombre de 81 años quien se ha dado cuenta del momento inédito que está viviendo el mundo. En un comunicado el empresario dice: “Por primera vez en estos 53 años de trayectoria, haremos un alto en el camino para resguardar la vida de nuestros colaboradores, nuestros clientes y de todos los colombianos presentes en nuestro entorno”. ¿Y qué pasará con sus empleados? Arturo Calle les da tranquilidad: “Nuestro personal, toda la vida, ha tenido contrato indefinido. A algunos les cuadraremos vacaciones y a quienes no, pues no habrá problema: siempre hemos cumplido y en este momento mucho más. Por dinero no se tienen que preocupar, les consignaremos a sus cuentas”. Este magnífico ser humano de 81 años entiende muy bien la situación por la que está pasando el planeta: “El ser humano vale más que el dinero, por eso la decisión no es por unos días, no son ‘pañitos de agua tibia’, es hasta que el virus desaparezca, que el personal esté seguro y tranquilo, y que el país haya levantado”. ¿Y en México? ¿Podría hacer Carlos Slim algo semejante? ¿Podrían hacerlo los Chedraui que ya dejaron a los adultos mayores sin su fuente de ingresos? ¿Quién es el valiente que podría imitar el gesto humanitario de Arturo Calle?
Y los hospitales particulares, ¿van a lucrar con la desgracia humana o se van a solidarizar?
Llegó el momento de solidarizarnos, llegó el momento de demostrar de qué estamos hechos; llegó el momento de darnos la mano y no de pegarnos de puñaladas. Uno de los sectores de servicios que más vamos a requerir los mexicanos es el de los hospitales particulares. En los momentos más críticos de esta emergencia mundial, los enfermos de coronavirus van a saturar los hospitales públicos. Todos los que tengan síntomas graves van a abarrotar los hospitales y muchos al darse cuenta de esa saturación van a acudir a un hospital particular. Algunos reportes señalan que los hospitales particulares ya están haciendo su agosto. En hospitales particulares de Monterrey, por ejemplo, hacerse la prueba del coronavirus le costó a una persona 20 mil pesos, cuando de acuerdo a las autoridades de Salud, una prueba para detectar el coronavirus sale en 104 dólares, es decir 2 mil 500 pesos. ¿Se imagina usted cuánto le cobrarían por la hospitalización? Los dueños de hospitales particulares por lo regular son personas de mucha solvencia, que no necesitan lucrar con esta emergencia. No se está pidiendo que regalen su trabajo, porque tienen empleados y otros gastos, pero sería bueno que se humanizaran y en estos momentos de emergencia deberían tomar en cuenta que no es momento para lucrar, para hacerse más ricos a costa de la desgracia del prójimo. En este momento debemos sacar la casta y demostrar que los mexicanos podemos salir adelante juntos, tomados de la mano, de esta adversidad.
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