¡Gracias por la civilidad! A las marchas de #NiUnaBataMenos dan ganas de sumarse; pero en las marchas de “feminazis” dan ganas de salir huyendo

La civilidad de los estudiantes de Medicina que se manifestaron en las calles de Xalapa no sólo genera empatía hacia su causa, sino simpatía hacia sus formas. Mientras la marcha recorría las calles de Xalapa una ambulancia de la Cruz Roja requería paso para asistir a una persona enferma. ¿Qué hicieron los jóvenes estudiantes de Medicina? Coordinados se replegaron para que la ambulancia pasara y acudiera a su emergencia.

No hubo pintas, no hubo cristales rotos, no hubo personas agredidas, no hubo mujeres mostrando sus senos, no hubo autos incendiados, no hubo agresiones a periodistas, no hubo daño a monumentos históricos. Todo esto hay que destacar, sobre todo porque las recientes manifestaciones de mujeres “feministas” que se llevan a cabo en la Ciudad de México o incluso en Xalapa se han convertido en verdaderos actos de vandalismo. Se molestan algunas mujeres que las llamen “feminazis”, pero actúan como “feminazis”.

Y todavía hay quien las excusa: “¿Es más importante un monumento histórico que una mujer asesinada?”. Tuercen con su retórica sofista la vandalización de esas protestas que generan más rechazo que empatía. Se puede protestar sin vandalizar; se puede ser escuchado sin soltar alaridos histéricos. A este tipo de marchas de estudiantes que exigen #NiUnaBataMenos dan ganas de sumarse, ganas de adherirse. Pero en las marchas de “feminazis” dan ganas de salir huyendo.