Maestra Mary / El tema de hoy. Mucho se ha hablado y comentado en diversos medios de comunicación sobre el caso de la pequeña Fátima, asesinada en la Ciudad de México, con tan solo 7 años de edad. La sociedad indignada y preocupada ante este trágico suceso, pide enfáticamente que se castigue a los culpables y que se implementen medidas para que no haya más muertes que lamentar.
Diversos sectores de la sociedad culpan al gobierno de la inseguridad que prevalece en los últimos años, algunos aprovechan la ocasión para politizar y sacar ventaja de esta situación. Otros grupos enfocan su ira contra los maestros, considerándolos responsables de esta problemática, ya que para ellos nada es más importante que nuestra niñez y en efecto es así. Sin embargo, en toda esta gama de opiniones, muy pocas hicieron alusión hacia la responsabilidad que tienen los padres de familia de enviar a sus hijos en óptimas condiciones de salud y desde luego de recogerlos puntualmente.
Esos pocos comentarios se diluyeron rápidamente, dirigiéndose de nuevo hacia los docentes a quienes les transfirieron la tarea de resolver de manera óptima esta situación, sin más apoyo que la preocupación misma por encontrar un proceder legal y moral requerido para estos casos. Una vez más, los maestros nos encontramos solos, desprotegidos y en el centro de una problemática de la cual no somos los causantes.
Cabe mencionar que, aunque pareciera increíble, el secretario de Educación de Veracruz se suma a este hostigamiento al enfocarse en los maestros como únicos responsables de lo que pudiera sucederles a los niños. En un comunicado el secretario menciona que el docente no debe sacarlos de la escuela y que ahí deben quedarse hasta que vayan a recogerlos. Al preguntarle si los padres no llegan qué procede, contesta que los pueden llevar al DIF pero que un alumno no se puede llevar porque si en el camino sucede algo puede incurrir en una responsabilidad legal. ¿Qué procede entonces? ¿Cuál es el protocolo a seguir?
En otra entrevista, argumenta que si los docentes no hacen bien su trabajo los pueden sancionar y hasta meter a la cárcel. Esto es sumamente preocupante para quienes laboramos en Educación Básica, principalmente en primaria, ya que se nos amenaza hasta con cárcel por no cumplir un protocolo que no menciona cómo proceder en ningún sentido. Qué puede hacer un docente con otro trabajo en el cual tiene que cumplir el horario, o bien simplemente el retirarse por cuestiones familiares; en fin, son muchas las variantes que considerar. Es evidente que en su discurso el Secretario de Educación no contempla el sentarse a dialogar con maestros, padres de familia y autoridades competentes para que se puntualice la corresponsabilidad que debe existir para asegurar la integridad física y sicológica de los estudiantes de cada Plantel.
Señor secretario usted se pregunta que no entiende la molestia de algunos maestros y con todo respeto le respondo: tal vez si se encontrara en nuestra situación lo entendería.
Atentamente: La maestra Mary
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