Renuncia de directora del DIF. No, no es que el gobierno de Veracruz combata la corrupción, es que Veronica se metió con los moches del primo Eleazar

DIF
Verónica Aguilera Tapia FOTO: JUAN DAVID CASTILLA
- en Carrusel, Opinión

Armando Ortiz / ¿Tuvo algo que ver la Contraloría en el cese de Verónica Aguilera, hasta hace unos días directora del DIF Estatal? Por supuesto que no. Tampoco es que existan afanes del gobernador Cuitláhuac García para combatir la corrupción. Ya hubiera quitado a la mitad de su gabinete, empezando por su primo hermano Eleazar Guerrero, quien dentro de poco no va a tener dónde esconder tanto dinero. Precisamente el primo tuvo mucho que ver con la salida de Veronica Aguilera, quien desde mediados de 2019 había sido denunciada por varios periodistas, el más avezado de ellos Édgar Hernández, quien incluso señaló que ella no llegaría a diciembre de 2019. Pero, ¿vaya usted a saber que contactos tenía Verónica Aguilera quien, a pesar de la evidente corrupción, seguía en el cargo. Ella, junto con Óscar Lara se hicieron de un batallón de empresas a las que les licitaban directamente o hacían el montaje de la famosa licitación por invitación, el mismo método de Eleazar Guerrero. Pero ahí estuvieron los choques, porque tanto Eleazar como Lima Franco mandaban a sus licitadores, y Verónica y Óscar no les daban nada. Fue entonces que, como si Finanzas fuera una contraloría, empezaron a revisar los contratos del DIF Estatal y encontraron un saqueo enorme, pero a ellos no les habían pasado moche. ¿Qué le duele al que roba? Pues que le roben lo que considera su botín.

Se queja el Bola 8 de que le digan Bola 8; pero él sí puede lanzar acusaciones contra periodistas, empresarios y políticos

Dijo el señor secretario de Gobierno, Éric Patrocinio Cisneros Burgos, que algunos columnistas le hacen bullying y hasta se burlan de su apariencia. Fíjese usted que le dicen el Bola 8, por redondo y negro, como la bola de billar. ¡Pobrecito! En política, en periodismo y en otras áreas los sobrenombres son muy comunes. A Andrés Manuel López Obrador algunos le dicen “El Peje”, y nunca se quejó. Otros se fabrican su propio alias, como “El Bronco” y otros se ganan su apodo, como el “Calderas”, Felipe Calderón; a Díaz Ordaz le decían “El Chango”, pero muy pocos se atrevían a publicarlo. A Javier Duarte le decían “Javidú” y al actual gobernador le dicen “El Cuicaras”. Pero el único que se queja es el Bola 8. Claro, él se cree con licencia para lanzar acusaciones a diestra y siniestra. En más de una ocasión acusó a ciertos periodistas de estar coludidos con los grupos del crimen organizado; lo dijo tan enfático que, hasta su loro, el gobernador, lo repitió, recibiendo una buena regañada por ello. Este domingo, el boquiflojo Bola 8, salió a decir, con respecto a las balaceras en la zona de Córdoba, quese van a dar algunas detenciones de personajes conocidos que están inmiscuidos en la delincuencia de esta región de Córdoba”. ¡Otra vez lanzando acusaciones sin presentar pruebas! Se queja de bullying el secretario de Gobierno, encargado de la gobernabilidad en el estado, pero el principal buleador en el estado es él.

En su tierra natal, Macuspana, AMLO presume becas y apoyos; sus paisanos tienen otros datos y le gritan: “No”. “El pueblo sabio no se equivoca”

Andrés Manuel López Obrador estuvo en Tabasco, justo en Macuspana, su tierra natal. Lo acompañaron en ese evento el gobernador de Tabasco, Adán Augusto López Hernández y el alcalde de Macuspana, Roberto Villalpando. En el evento los pobladores, sus paisanos, empezaron con rechiflas en contra del gobernador de Tabasco y en contra del alcalde de Macuspana. López Obrador, experto en politiquerías, dijo que a él no le gustaban las grillas ni las politiquerías. Amagó el presidente con retirarse si no cesaban las rechiflas. Pero las rechiflas seguían. Entonces presumió lo que su gobierno había estado haciendo. “¿Saben cuántas becas estamos entregando?”, preguntó el presidente”, y la respuesta fue: “¡Faltan!”. “Claro que falta, pero ¿saben cuántas llevamos entregadas? Once millones de becas en todo el país. A ver, les pregunto ¿no todos los que estudian preparatoria tienen sus becas?”, dijo López Obrador. Y la respuesta fue “¡Nooooooo!”. “¿Cómo que noooo? ¡La mentira es del demonio, reaccionaria y conservadora!”, embistió el paisano López Obrador, pero las rechiflas siguieron. Entonces dijo: “Miren, ahí está, ahí están los gritos. ¿Qué ganamos con eso?, ¿van a seguir gritándole al presidente municipal?”. Y la contundente respuesta fue: “Sííííí”. Poco a poco se irá dando cuenta el presidente que los datos que le pasan sus subalternos, no son los datos que tiene el pueblo sabio, el pueblo que no se equivoca.

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