El caso de la pequeña Fátima, asesinada a sangre fría, ha provocado que se revisen los protocolos de seguridad de las escuelas del país. En el Manual de Seguridad que maneja la Secretaría de Educación Pública, en su página 17, señala lo siguiente: «Tanto las familias como los servidores públicos deben proteger a las niñas, niños y adolescentes de la explotación, la pornografía, el consumo y tráfico de drogas, la trata de personas y los conflictos armados. Esta obligación se asocia con el derecho a la protección, el cual incluye la realización de acciones que ayuden a las víctimas de la violencia a recuperarse física y emocionalmente».
En otras palabras, la responsabilidad de proteger a los alumnos dentro de la escuela corresponde a la propia escuela, a su vez, el Estado, mediante la policía, debe cuidar a los escolares y a la propia escuela. No obstante, regularmente el hilo se rompe por lo más delgado; la participación de los propios padres es necesaria. Un descuido y las consecuencias pueden ser fatales.
La política de la prevención en ocasiones parece exagerada en colegios particulares, los alumnos no pueden salir sin autorización de sus propios padres y están monitoreados mediante aplicaciones telefónicas. No obstante, algunos padres consideran estas medidas innecesarias, como el caso de la revisión de mochilas, a la que consideran una violación a su derecho a la intimidad, sin embargo, ésta bien podría solucionar en parte tragedias como las que han pasado recientemente. http://www.seslp.gob.mx/pdf/Manual%20de%20Seguridad-Web%20290212.pdf
Comentarios